No lo hizo a propósito. No fue su intención.
No estaba en sus planes que pasara esto pero no podía hacer nada.
La carta que confirmaba su admisión a la UA ya había llegado hace meses. Durante esos meses Eijirō se dedicó a entrenar tanto su cuerpo como su quirk. Esa carta era la prueba de que había cambiado, era la prueba de que ya no era la misma persona que se quedaba quieta cuando otras estaban en peligro.
Pero no cambió.
Eijirō se dio cuenta esa noche mientras se miraba al espejo tras haberse cepillado los dientes. Él no había cambiado. Su cabello negro seguía cayendo lacio por su cara ocultando sus carmesies iris. Su ojo derecho seguía estando adornado por una fea cicatriz la cual le recordaba todos los días que, si no tenía cuidado, su quirk lastimaría a otras personas y a sí mismo. Sus afilados y horribles dientes estaban ahora cubiertos por los aparatos que su dentista le había dado para dormir tras librarse de la molesta ortodoncia. Las finas líneas blancas en sus antebrazos ya casi eran invisibles pero si se fijaba seguían estando ahí, recordándole una y otra vez lo mal que lo había pasado aquellos últimos años. Su cara seguía estando salpicada de puntos negros y rojos que, aunque según sus amigos no se veían, él los seguía sintiendo.
No solo no había cambiado físicamente, él no había cambiado la manera en la que se reía, tampoco la manera en la que se vestía y mucho menos la manera en la que se expresaba. Cuando se miraba al espejo, el del reflejo seguía siendo Kirishima Eijirō. Ese pensamiento enfermaba al adolescente de una manera tan fuerte que las manos callosas y ásperas del joven empezaron a temblar mientras se agarraba fuertemente al lavabo del baño.
No podía hacerlo.
No podía respirar.
De repente sus piernas empezaron a temblar y su vista se volvió borrosa.
Los sonidos se iban alejando cada vez más de él, ¿o era él el que se estaba alejando? Un ruido en concreto se escuchaba muy cerca, ¿era él? Era su respiración, que cada vez era más ruidosa e irregular.
—¡¿Eijirō?! —un fuerte grito se escuchó en la habitación y, casi inmediatamente, unos brazos se envolvieron alrededor del chico que había caído al suelo.
La voz de Kirishima Hikaru sonaba distante pero, a medida que le iba diciendo palabras reconfortantes a su hijo, este poco a poco empezó a ser consciente de la mano que lo tocaba suavemente y de la mano que abanicaba su cara con la esperanza de que le llegase un poco de aire.
—¿Mamá? —el chico de quince años se dio cuenta entonces de que había perdido el conocimiento por unos minutos. Probablemente su madre lo había escuchado caer al suelo y por eso había entrado tan preocupada.
—¿Estás bien cariño? Te diste un buen golpe en la cabeza —ahora que lo mencionaba, el lado izquierdo de su cabeza dolía en demasía, sin embargo, no parecía estar grave.
—Sí, estoy bien. —el chico se incorporó lentamente mientras movía los brazos—. Me maree un poco pero ya estoy mejor.
—Está bien —la mujer no se veía del todo convencida pero lo dejó pasar sabiendo que, cuando se encontrase mejor de verdad, su hijo le contaría todo—. Vamos, te ayudo a llegar a tu habitación.
—Gracias mamá —aceptó la ayuda de su madre con una sincera sonrisa y caminó despacio hacia su habitación.
—Buenas noches, y recuerda que si te sientes mal puedes contármelo, no importa lo que sea.
—Lo sé ma, gracias —ambos se sonrieron y Hikaru abandonó la habitación del menor cerrando la puerta tras ella.
Eijirō encendió la lámpara de sal que había encima de su mesa de noche para alumbrar su habitación. Esta no era muy especial, simplemente tenía algunos posters de Crimson Riot y de bandas de música en la pared, tenía algunos mangas y libros en su estantería y también había colgado en la pared un corcho con fotos de su madre y de sus amigos. Sus amigos decían que era muy guay tener una habitación muy espaciosa al igual que una casa grande pero Eijirō no le veía la utilidad, no le gustaba pasar tiempo en su habitación y la mayor parte de las tardes las pasaba en el parque o en la casa de Tomo.
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I haven't changed (I actually did) || EIJIROCTOBER2022
RandomEijiro decide dar el paso que lo acercará a su futuro deseado pero para ello debe desprenderse de algo. -Pequeño one-shot para el día siete del EIJIROCTOBER 2022: backstory/origin. -TW: ataque de ansiedad y mención de autolesión pasada. -No hay ning...