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La guerra entre ambos reinos nunca pararía, Enhy y Hapen fueron y serán siempre reinos enemigos, gracias a los antiguos reyes quienes antes eran pareja, pero el rey de Hapen le había sido infiel a la reina del reino contrario. La reina con toda su furia estableció la guerra entre ambos lados.

—Necesito que mates al mejor soldado de Enhy, ese mata a todos los nuestros como si fueran hojas mojadas, fáciles de romper —mandó el rey a Lee Heeseung, su mejor soldado.

—Entendido mí majestad, no voy decepcionarte, lo prometo —hizo una reverencia y con su caballo partió hacía el otro reino.

Iba encapuchado para que no le vieran el rostro. Ya de noche, al llegar al palacio, se escabulló para entrar y llegar al patio trasero. Según uno de sus espías había dicho que aquel soldado siempre se levantaba a las tres de la mañana para ir al patio, en donde se quedaba a mirar las estrellas. Era un poco alto y delgado, tenía uno de los rostros más bellos de ahí y todas las doncellas caían ante él.

Su espía tenía razón, había un soldado sentado en el verdoso pasto mirando hacía arriba. Cuidadosamente se acercó hacía él y cuando estuvo cerca, el otro se levantó rápido dándose la vuelta y apuntando su espada hacia su cuello.

—Así que tu eres el famoso Lee Heeseung, un gusto en conocerlo —dijo sonriendo—. Eres tan hermoso como decían —el chico tocaba suavemente con su mano libre el rostro del más alto, todavía sonriendo—...para la próxima procura de mandar un espía que tenga nuestro acento ¿si?, se notaba a leguas que era el acento de Hapen.

—Suelta la espada.

—¿Para qué luego me mates? No gracias, así te ves más lindo...eres tan hermoso —seguía acariciando el rostro de Heeseung, y a este le generaba una corriente que recorría por todo su cuerpo, haciendo que su corazón se acelere—. Me he olvidado de decir mí nombre, soy Nishimura Riki, un gusto —los ojos de Riki fueron hacia los labios del más alto y los ojos de este último a los de Riki—. ¿Qué pasa si te beso? ¿Me mataras o me seguirás besando hasta que el sol suba de nuevo?

—No lo sé...suelta la espada y podríamos ver lo que pasa —Riki soltó la espada y con su otro mano agarró firmemente la cara de Heeseung, besándolo despacio. Heeseung no dudo en corresponderle y ahora los dos se besaban, despacio y con amor. Sus bellos se movían al compás de la música.

Se separaron por falta de aire y se miraron a los ojos.

—¿Me vas a matar? —preguntó, pero Heeseung lo agarró de la cintura acercándolo más para volver a besarlo, así obteniendo la respuesta que quería— vayamos a un lugar más privado —agarró la mano del soldado y lo llevó a un establo, ahí se continuaron besando. Se sentaron, Heeseung abajo y Riki encima de él—. Te amo —dijo entre medio del beso, y se separaron—. Parece un poco apresurado, pero te amo tanto que odiaría con mí vida verte morir en batalla, te amo, por favor no te vayas, escapemos juntos, vivamos nuestra vida sin guerra, sólo nosotros dos y nadie más...

—También te amo, te amo mucho. Nunca te dejaré, mataré al primero que te toque sin importar si es uno de los míos —le dejo un pequeño beso en los labios—. Escapemos, ahora, vámonos lejos de aquí, sólo los dos y nadie más...

Agarraron sus caballos y cabalgaron lejos, lejos en donde nadie podría decirles algo o matarlos. Pero no contaban con que el espía seguía ahí, y podía verlo todo.

ᢄ 🐢 ᢃ  𝗲𝗀𝗈  !  ━ 𝗵𝖾𝖾𝗸𝗂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora