Había llegado el día
Luego de diversas pruebas en el centro de entrenamiento, y dada a sus cualidades. Steve Rogers fue el candidato perfecto para el Suero del supersoldado.
Esa mañana dejarían el campo de entrenamiento el cual fue su hogar durante un par de semanas.
En los últimos días, tanto Steve como James no pudieron evitar sentir las miradas llenas de odio y envidia por parte de los soldados.
Pero el doctor simplemente les decía que los ignoraran, ellos jamás tendrían las cualidades que tenía.
—¡Señorita Cárter!—saludo el infante una vez que ingresaron al auto.
—Hola, caballerito —saludo animadamente revolviendo su cabello. —¿Cómo estás?
—Muy emocionado —dijo.
James no cabía de la emoción, si bien hace algunos meses no lo creía. Ahora estaba más que seguro que ya no dudaba de su padre.
Y como siempre había soñado, porque si, una parte de él siempre había tenido curiosidad por ver cómo esas historias conectaban con la vida de su padre. Y está vez tendría la fortuna de verlo con sus propios ojos.
Steve había sido vestido con un traje militar, el cual sí querían una respuesta sincera. Se veía, verdaderamente lindo.
—Me siento como un cono de helado humano —expresó con desagrado.
—Solo será temporal —es lo que había dicho peggy —Sí todo sale bien, muy pronto tendremos entre nosotros al icono americano.
—Es impresionante todo lo que dicen de ese Suero —dijo James.
—Oh, te sorprenderías —contestó Cárter. —Este ha sido el mayor proyecto en el que el doctor haya trabajado jamás. —¿Nos vamos?
Steve y James le abrieron la puerta como buenos caballeros que eran
—Gracias— había sido la respuesta de la agente a tanta amabilidad por parte de ambos.
El silencio reino el camino por corto período de tiempo.
—¿Este es un día importante para ti, verdad?—preguntó James a su "papá" —¿Estas nervioso?
—Un poco —admitió —Pero si me dieran a elegir la palabra adecuada, sería que estoy emocionado. Al fin servire a mi país, seré útil en algo.
—Señor Rogers —dijo peggy —Tal vez usted no lo ve ahora, pero debajo de esa delgada capa de debilidad. Existe un hombre con principios y modales, un hombre que ha tenido la fortuna de servir en su país, incluso sacrificandose por aquellos que lo trataron como basura. Si eso no es servir, entonces no se que sea.
Steve le sonrió por sus palabras, su mirada conecto con la ventana, donde para su desgracia le recordó viejos tiempos.
—¿Que pasa?—preguntó James al ver su rostro.
—Me golpeaban en ese callejón, en ese estacionamiento —contestó señalandolo. —Y... Detrás del café.
El ambiente volvió a tensarse, fueron las palabras de la agente que lo quito un poco.
—¿No le gustaba la idea de huir?—preguntó Peggy.
—Una vez que huyes, jamás se detienen —fue su contestación en respuesta poco antes de negar con la cabeza. —Te levantas, te defiendes, no puedes huir para siempre ¿o sí?
El silencio reino, y por segunda vez ese día, James sintió tristeza por su padre, era la primera vez que lo veía tan decaído.
—¿Ha bailado antes?—preguntó ella luego de que le hiciera señas al niño que todo estaba bien.
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La historia del héroe
Hayran KurguSi hay algo que James admira con grandeza, es a su padre; Steven Grant Rogers. Aquel icono americano que participó en la gran depresión, la historia que siempre ha sido la favorita de James. Sin embargo a veces piensa que son sólo eso, historias y q...