Jungwon llevaba media hora aferrado a su cuerpo, ambos estaban sobre su cama, recostados, y él sólo había atinado a depositar tiernas y suaves caricias sobre sus cabellos. El menor se había negado a decir cualquier cosa, pero Jay estaba consiente de que había estado llorando. Sentía la creciente necesidad de ayudarlo como fuera posible, quería desaparecer cualquier atisbo de tristeza y malestar que estuviera sintiendo, pero se sentía impotente por ser tan ajeno a lo que su pequeño estaba sintiendo.
-Wonie...
-Bésame otra vez.
Jay detuvo sus caricias ante aquella repentina petición. No le inquietaba lo que le estaba pidiendo, sino la forma en que lo estaba haciendo. Jungwon parecía inquieto, ansioso y, de alguna manera, desesperado por algo de contacto.
-Bebé, necesito que me digas lo que sucede.
Dijo, suavemente, mientras acomodaba el cuerpo de su novio sobre su regazo. Depositó un fugaz beso sobre sus labios y rozó su mejilla con su dedo pulgar, pidiendo silenciosamente que lo mirara. Pero Jungwon se estaba negando a hacerlo, se estaba negando porque sabía que, al mirarlo, vería sus pupilas reflejadas en sus ojos, y no estaba listo para ver ese hermoso color rojizo bailando sobre sus orbes, no estaba listo para que le recordaran el amor que ambos compartían.
-Tú serías incapaz de mentirme, ¿verdad?
Jay frunció el ceño al escuchar la pregunta que había salido de los labios de Jungwon.
-No habría ninguna razón para mentirte, Wonie. ¿Por qué lo haría?
Sí, ¿por qué lo haría? ¿Cuál sería el beneficio que tendría al mentirle? No podía encontrar una respuesta lógica a esas preguntas, pero no era la veracidad de sus palabras lo que le tenía la cabeza vuelta loca. Él sabía que el amor de Jay era real, sabía que en verdad podía ver colores en sus ojos, porque él también podía verlos, porque estaba completamente seguro de que los destellos que aparecían en ellos cuando los miraba, eran muy reales. Porque sabía que el océano de sentimientos y emociones que Jay le provocaba con tan sólo una mirada, un roce, una caricia, era completamente real. Pero luego estaba su familia, aquella que lo esperaba en casa, aquella que esperaba que tomara la decisión correcta. Llevaba pensándolo desde que había dejado a su padre solo en su habitación, sabía cuál era la decisión que debía tomar, pero no se sentía lo suficientemente capaz como para externarla.
-No hay nada que no haría por ti, Jungwon.
Dijo Jay, serio de repente, con la voz aterciopelada y dejando un pequeño apretón en la cintura de Jungwon.
-Cada palabra que te he dicho, cada cosa que he hecho, todo ha sido verdad. Te amo, y sabes que lo haría incluso si las circunstancias fueran distintas. No tengo ninguna necesidad de mentirte, mi amor. ¿Cómo puedo ayudarte? Dímelo y lo haré.
Jungwon se movió lentamente, saliendo del regazo de Jay y sentándose sobre el colchón, a su lado, con la mirada completamente gacha y sintiéndose totalmente abatido y rebasado por la situación.
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ᴄᴏʟᴏʀᴇᴍ |Jaywon•Heejake|
Fanfic"𝐀ú𝐧 𝐞𝐧 𝐩𝐥𝐞𝐧𝐨 𝐬𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐮𝐧𝐨, ¿𝐞𝐱𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐢𝐞𝐧𝐬𝐚𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐨𝐬 '𝐜𝐞𝐥𝐚𝐫𝐞' 𝐬𝐨𝐧 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐲 𝐞𝐬𝐭á𝐧 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬?" "𝐓𝐞 𝐬𝐨𝐫𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫í𝐚 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐧𝐭𝐢𝐝�...