Capítulo 21 - El duro golpe de la realidad.

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Mellea.

El amor, ese vínculo de afecto que nace de la valoración de un individuo hacia otro, inspira el deseo de su bien. Toda mi vida he conocido el amor en sus diversas formas.

He sentido el amor de madre, de hermana, de prima, de sobrina. Incluso el amor de hija. Desde pequeña, me inculcaron este sentimiento y siempre he experimentado una profunda satisfacción al sentirlo.

Sin embargo, nunca imaginé que llegaría a experimentar un amor tan profundo por alguien distante, alguien con quien no compartía ningún vínculo aparente.

Amar a Biagio ha sido una experiencia extraña y maravillosa al mismo tiempo. Se siente tan real, tan puro, tan leal. Mi amor por él no está condicionado por lazos sanguíneos o hermandades, sino simplemente por lo que es. Surge un sentimiento que no puede ser predicho ni controlado.

Pero como en todo, el amor tiene dos caras, una luminosa y otra oscura. Descubres que el amor es un arma de doble filo que puede tanto destruirte como construirte.

Lamentablemente, he experimentado ambas facetas.

Al día siguiente, levantarme fue un verdadero suplicio. Estaba tan tranquila en los brazos de Biagio que ambos nos levantamos tarde, sumergidos en un mundo donde el tiempo parecía detenerse.

Mientras Tai, Milo y Levin nos observaban, decidí hacerme la tonta y no mencionar nada al respecto. A pesar de mi silencio, era evidente para los demás que entre Biagio y yo existía algo más íntimo.

Aunque no aclaré ninguna duda, me sentía estresada por la posibilidad de que las chicas descubrieran que mi relación con Biagio iba más allá de ser su enfermera. La idea de que pudieran pensar que estaba involucrada en actividades que excedían mi rol habitual me incomodaba.

Y como si esto fuera poco, el hecho de que no hubiera asistido a mi luna de miel, cuando se suponía que me había casado el fin de semana, era una carga adicional.

Respiro profundamente.

Preparo el desayuno y la comida para Biagio. Aunque ya se encuentra mejor, procuro que no haga demasiado esfuerzo y me quedo a su lado cuidándolo las 24 horas del día.

Por otro lado, Bonnie y Oliver se encargan de las tareas externas y los pendientes, como si literalmente hubieran aceptado que no existo. No me preocupo demasiado por lo que pueda faltar.

Tomo mis vacaciones según lo planeado, aunque en este caso no consisten en relajarme en una playa bajo el sol, sino en cuidar de un hombre que es un verdadero dolor de cabeza y que se queja de todo.

Me encuentro con Nabil y charlamos unos minutos sobre cómo se siente y cómo está. Cuando regrese al castillo, quiero que esté presente en el baby shower de Orazia. Creo que le vendrá bien una celebración, un poco de aire fresco, dulces y convivencia.

Le hago saber a Nabil y esta vez acepta ir, sabiendo que estaré a su lado. No como en la boda, donde prácticamente habría estado sola, ya que todos teníamos un papel que desempeñar.

Me despido rápidamente para regresar abajo, donde encuentro a Biagio de buen humor, conversando animadamente con Milo. Supongo que una de las razones de su buen ánimo es mi regreso tardío.

Al notar mi presencia, Milo se retira sin decir una palabra, como siempre, dejando en claro su malestar ante mi presencia.

Lo ignoro como de costumbre, sigo con mis rutinas diarias y comienzo a alimentar a Biagio con cuidado, dándole de comer directamente en la boca.

Traición LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora