⟡⠀ first and last

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No lo podía creer, de verdad no podía.

Pero allí estaba, de pie frente a la puerta de ese hotel escuchando los constantes gemidos que provenían del interior después de ver a JeongGuk y a SunMi, su mejor amiga ingresar.

Sujetó el pomo con la llave ingresada tratando de armarse de valor, sin embargo, tan pronto como hizo el amago de abrir un sollozo escapó de sus labios al mismo tiempo que las lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas.

¿Por qué...? ¿Por qué tuvo que hacerle algo tan bajo como eso?

Se negaba a creer que el hombre dentro de la habitación era el mismo que todos los días lo tomaba de la mano, lo llevaba a la universidad, lo besaba con tanto cariño y miraba con tanto amor. Simplemente no podía ser cierto.

Trató de negar, aún cuando estaba escuchando a carne viva los ruidos del placer provenientes del interior de esa puerta.

Tal vez todo es su culpa. Es su culpa por nunca haber podido complacer a JeongGuk como hombre.

Con sus manos temblorosas retiró las llaves de la puerta dejándolas caer en un descuido, tan pronto como sucedió todos los ruidos se detuvieron. Hizo sus piernas débiles funcionar y casi corrió en dirección al pasillo, se ocultó tras una pared.

Su corazón se hizo pedazos cuando, solo un minuto más tarde, divisó esos cabellos azabaches totalmente despeinados y la piel nívea de su torso desnudo. Esa mirada oscura expresaba confusión y, algo de preocupación, sin embargo, TaeHyung no pudo seguir viendo cuando la rubia también se hizo presente, acariciando el torso del más grande.

Tapó su boca con su mano, acallando los sollozos que surgían con dolor de su pecho.

。゚・ 。゚・ 

Ahora, unas dos horas después, eran las siete de la tarde. Se aferró a su almohada con fuerza
cuando el móvil volvió a encender su pantalla indicando una llamada entrante, una más.

Tiene por lo menos diez llamadas perdidas y varios mensajes de JeongGuk preguntándole donde está.

No debió ser tan idiota como para irse a casa cuando tenía unas clase a las seis, era importante, en el comedor de su departamento tenía su proyecto terminado. Todo lo dolía demasiado como para mover un solo músculo.

Escuchó la puerta ser tocada al mismo tiempo que su celular volvía a vibrar. Su cuerpo se estremeció en un escalofrío.

Dudoso, se levantó de su cama, antes de salir de miró al espejo y verificó que no hubiera un solo rastro de que había estado llorando. Lo único que lo delataba era el tono rojizo alrededor de sus ojos y, sus pestañas mojadas.

Ya inventaría algo.

Avanzó lentamente hasta llegar a la puerta, exhaló exageradamente, dándose la fuerza para no derrumbarse. En cuanto abrió la puerta, se encontró con los ojos negros del inverso, su mandíbula apretada al igual que su expresión.

Era real. Estaba ahí, de pie frente a él solo momentos después de verlo con alguien más.

—¿Lloraste? —Antes de que pudiera hacer el indicio de tocarlo, TaeHyung se hizo a un lado y lo dejó pasar.

No soportaría tener sus manos sobre el.

—No, sólo... Olvidé tomarme la medicina para las alergias. —Inventó rápidamente. Confiaba en que había sonado como algo creíble.

La mirada del mayor se desvió de sus ojos para, esta vez, posarla en la mesita de centro en el comedor. Su mirada irónica se posó en el más pequeño. —¿También olvidaste que debías entregar el proyecto en el que trabajamos por días?

It'll be okay ✧ kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora