Habían pactado encontrarse después de tres años sin verse, a las 21 horas era la cita a la cual llegaron todos y todas muy puntuales, un minuto más, un minuto menos, ya juntos saludaron entre ellos y ellas y se encaminaron a rondar el lugar en busca de un bar de postin, no como los que frecuentaban en sus épocas de estudiantes.
Se les acercaban varios caballeros para exponerles sus diferentes beneficios, los típico, chicas entran gratis, el primer trago a cuenta de la casa, nada que no hubiesen escuchado antes, querían algo nuevo, algo innovador.
Después de un corto tiempo caminando se les acerco un hombre bastante apuesto vestido con ropa cara y elegante, tenía don de convencimiento, de forma fluida les explico -buenas noches damas y caballeros, para empezar nuestro bar no es para todos, si alguno o alguna de ustedes sufre de cualquier enfermedad que les pueda afectar como enfermedades cardíacas o problemas de asma, nuestro bar y sobretodo nuestra función no es para ustedes, por qué les expondremos al terror máximo, un terror que no podrán controlar, así que si se animan a pasar el costo por la función son 25 euros cada uno, primero pagarán 5 y si no se asustan los 20 euros restantes no serán cobrados, que dicen?-
La intriga les hizo aceptar, antes de pagar les hicieron firmar un papel que era una especie de mini contrato, lo firmaron casi sin leerlo y pasaron a la sala; era un lugar excepcional, habían cinco mesas redondas con diez asientos que no eran otra cosa que butacas de cuero mullidas y agradables, con ellos se acababa de llenar la sala y daría comienzo la noche, les pasaron la carta también un cuadernillo de cuero con precios increíbles, las bebidas y los bocados eran mucho más baratos que en cualquier otro lado, así que pidieron variedad de cosas que en otros lugares les habría costado un potosí, la música era bastante agradable, Jazz instrumental en vivo, los camareros y camareras con looks fuera de lo común, vestidos como si de una gala se tratara, una mujer con voz agradable de presentadora les anunció que el show de terror se llevaría a cabo a las 22 horas, y recibieron un trago por parte de la casa para empezar de esa forma el repertorio, todas las bebidas fueron servidas de forma magistral y catedrática al mismo tiempo, dos meseros por mesa.
Ya faltaba solo cuarto de hora para la función pero en el escenario no ponían nada nuevo, se escuchaban los murmullos de la gente, yo creo que este show no va asustar a nadie se escuchaba, yo creo que esos 20 euros se quedarán en mi bolsillo decía otro, cuando de pronto todo se quedó en silencio, pero no era por qué algo llamará su atención, no era ni siquiera por qué quisieran hacer silencio, era simplemente que no podían hablar, cuando intentaron llevar sus manos a su garganta estás no sé movieron, se dieron cuenta que colgaban inservibles a sus lados y su cuerpo se sentía pesado sobre la cómoda butaca, de momento solo podían verse los unos a los otros con terror, por qué se daban cuenta que en cuanto parpadean menos veían, todos desesperados intentaban no parpadear pero no podían evitarlo hasta que quedaron ciegos en totalidad, con el único sentido del oído activo.
Una campanilla sonó diez veces indicando así que ya era hora; en el lugar donde debía estar el escenario, la voz agradable y femenina resonó en todo el lugar - damas y caballeros, da inicio la función que todos esperaban, cada uno de nuestros camareros y camareras han sido dotados de una sierra eléctrica, y jugaremos alrededor de sus mesas, cuando la música suene bailarán alrededor suyo y cuando deje de sonar uno de ustedes caerán jijijijiji, no les parece divertido? Solo quedará un ganador en cada mesa y a esa persona se le otorgará el regalo de la vida.
QUE COMIENCE EL JUEGO-
La música sonó como si de una armónica del diablo se tratara, escuchaban pasar personas cerca de ellos, pero no podían moverse, no podían huir ni siquiera gritar, dejo de sonar y escucharon como activaron la sierra y la carne cortada, caían pedazos al piso, aunque no lo veían podían escucharlo, así pasó un largo tiempo sonó la música nueve veces y paró otras nueve, sonó otra vez la campana ahora once veces dando por terminado la función de terror, los sobrevivientes más que aterrados estaban horrorizados al borde del colapso, su vista cada vez era más clara y nítida, podían sentir miedo de los otros que habían quedado vivos sin importar que estuvieran en distintas mesas, ya todos podrían ver con claridad pero aún así no se atrevían abrir los ojos, los tenían entrecerrados mirando a sus entrepiernas cubiertos por lágrimas de desesperación, podían escuchar gente moviéndose cerca, podían estar seguros que serían los próximos en morir, se armaron de valor y alzaron la vista para llevarse la sorpresa de sus vidas, nadie estaba muerto, nadie había sido siquiera lastimado, todos habían sido el último sobreviviente, todos se veían y aunque ya podían hablar, lo sabían en el fondo nadie decía nada, se percataron que había una hoja de papel firmada en cada uno de sus puestos, la leyeron detalladamente solo para darse cuenta de que todo ese embuste era completamente legal y consentido por cada una de las personas que estaban sentadas ahí, el silencio era tan grueso que solo podría ser cortado con un cuchillo, una pareja se levantó fue directo a la caja y pagaron cada uno sus 20 euros, los y las demás siguieron el mismo ejemplo mientras veían que las sierras eléctricas eran nada más y nada menos que batidoras de mano que los meseros encendían cada vez que se acercaban a la caja, no había necesidad de explicación, los pedazos de cuerpos que escuchaban caer constantemente no era otra cosa que pedazos de pollo que caían en una bandeja con un poco de agua, la demostración era hecha a la salida, ni siquiera se despidieron los unos de los otros cada quien tomó el camino a su casa, en lo único que podían pensar era en el terror y en la bendición que era estar vivos y poder moverse a voluntad, así que su regalo era la vida misma.
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El regalo de la vida
HorrorUn juego macabro tendrá de los pelos a un grupo de comensales.