La estrella y el gato

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Era la primera noche de verano. El color de ésta había reclamado todo el cielo, todos en la ciudad podían ver su dominio proveniente desde arriba. Chisato amaba ver las estrellas. Para ella, no había cosas más divertidas de la noche, que ver el cielo. El cielo estaba despejado, casi sin impedimentos que no dejen ver a aquellos observadores menores de la noche. La luna también estaba ahí. Aquel gran ojo blanco, brillante que acompañaba a todos desde su nacimiento hasta su muerte. Sentía en su pecho a esa carita tan linda acurrucarse y acomodarse, no despertaba no importa que.

-Eres tan tierna ¿lo sabes verdad? – dijo Chisato en voz baja -Pareces un gatito-.

Y es cierto. No había cosa más parecido a un gato que una pequeña chica vestida de negro. Ropa casual, una especie de pijama echada en su "compañera". Estaba entre sus pechos, cómoda y envuelta por un sueño profundo. Además de eso, todo al aire libre. Esa especie de cojín iba a ser la cama de ambas, bueno, al menos la de Chisato. Takina, pues tenía su almohada para ella sola. Se veía tan relajada y cansada.

-Normal que estés así – seguía hablando Chisato mientras acomodaba sus largos cabellos detrás de sus orejas: "No te despiertes por favor, no te muevas, quédate como estás niña linda".

Mientras le hacía cariño, miraba las estrellas, no quería quitar un ojo de encima, al menos, no de las estrellas y de su estrella. Chisato tenía una sonrisa permanente en su cara, calmada y llena de esperanza por un amanecer mejor, pero a la vez, no era necesario: "Es divertido que te observen". Pues era extraño, Chisato amaba quedarse ahí. Antes, se sentía un poco sola. Pese a que haya tantos compañeros ahí arriba, no había calor, no había nada más que el vacío del espacio mas allá de la hermosa pintura llamada noche. Pero ahora, una pequeña gatita. Se acomodaba, ponía su mano cerca de su cara, se hacía su refugio a la vez que Chisato no dejaba de hacerle cariños y masajes en la cabeza. Poco a poco, Takina empezó a moverse en dirección al cuello de Chisato. Parece que hace no se había despertado, solo acomodado. Su respiración tocaba su piel. La chica de pelo corto se quedó paralizada, cada vez el rojo de sus mejillas se hacía mas fuerte, pero esa sonrisa que tenía, nadie se la iba a quitar.

-Takina, te amo ¿lo sabes? – dijo Chisato entre una risita. Como respuesta, solo el sonido de una respiración tranquila de su boca, era más que suficiente ¿Qué más iba a pedir? Tiene a una estrella que es capaz de respirar ¿o era un gato?

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PD: Perdón por haber desaparecido tanto tiempo, me fui de viaje entonces eso.

Los fanfics diarios volverán supongo, gracias por leer

La estrella y el gato (Chisato x Takina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora