Capítulo III: El joven que intentaba enfrentar sus miedos.

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Los caballos trotaban cuesta abajo, primero atravesando el enorme jardín del palacio, el cuál estaba lleno de una gran cantidad de lindas flores, esas a las que Toya le gustaba visitar cuando tenía algo de tiempo libre.

A medida que avanzaban cada vez más se podía oír el alboroto de su destino, además de apreciar a la gente esperándolos en la plaza principal. No pudo evitar sentirse más nervioso y la sensación en su pecho no era más que adrenalina acumulada que empezaba a expandirse por todo su cuerpo, sintiendo su respiración más pesada.

Respiró hondo tratando de dejar ir su preocupación puesto que no quería que esta misma le hiciera una mala jugada más tarde. Consiguió mantenerse tranquilo por el momento, no obstante, los murmullos habían crecido cuando la gente observó que su ahora rey estaba por llegar.

Un frío silencio inundó la plaza una vez bajó de su corcel, agradeciéndole por traerlo con unas suaves caricias. La señorita Hanasato se encargó de llevar a la manada a otro lugar, no sin antes darle una reverencia y retirarse.

An vio a su padre acercarse y le sonrió, el señor Shiraishi devolvió el gesto e imitó la acción de la capitana del establo, a excepción de que él había llegado para quedarse.

Formaron una fila, con los Tenma iniciando por el lado derecho, seguidos por los Shiraishi y los asistentes personales del Rey, Kohane y Rui.

Toya volteó hacia dónde estaba el podio y subió a este, recargando sus manos dónde se supone deberían estar sus escritos.

Sus fríos ojos grises observaron al pueblo agacharse en una sola rodilla y agachar la cabeza en señal de respeto por unos segundos hasta que lo escucharon decir "Buenas tardes" levantándose para escuchar lo que tenía que decir.

— El reino de Kōraseru está atravesando por una tragedia ahora mismo, un acto de traición.— comenzó, no sólo refiriéndose a el ataque de la noche anterior, sino también a la muerte de la corona.— Mis padres, los reyes Harumichi y Shiro.— pausó, sintiendo sus ojos lagrimear, su instinto fue cerrarlos fuertemente e inhalar el frío aire.— Ellos fallecieron en su viaje a Kokumajutsu.

La audiencia abrió los ojos como platos, algunos cubrían sus bocas por el asombro, otros se miraban entre sí preocupados.

Una línea fina se formó en los labios del príncipe y sus ojos se achinaron, era consciente de cómo se sentían en ese momento, aunque claro, nada se comparaba a perder a tus padres siendo tan joven.

— Eso me deja a mí, Aoyagi Toya a cargo de este reino.— continuó, llamando la atención del público.— Al ser el único heredero debo ser yo quién siga con el legado familiar.— esperó la reacción del pueblo, se sintió aliviado a ver cómo su anhelo de aceptación por parte de ellos se estaba cumpliendo, no era un secreto que la gente tenía un gran aprecio y lealtad al Príncipe, sin embargo, tampoco estaban listos para que su reinado llegara tan pronto.— Esto no nos deja tranquilos, debo advertir que desgraciadamente nos encontramos en estado de guerra, si quieren apoderarse del reino lo más probable es que intenten matarme a mí también.— aún era un muchacho, pero esa vez no se sintió cómo el Príncipe, sino como el rey. — Es por eso que doy por iniciada la convocatoria para formar parte de la nueva generación de la Guardia Real, quién esté interesado puede presentarse desde mañana a primera hora en las puertas del palacio, dónde los generales Tenma y Shiraishi los registrarán, tengan en cuenta que esto tiene un plazo de una semana ya que iniciaremos el torneo lo más pronto posible.— los murmullos volvieron a presentarse por todos lados, aún más en los jóvenes, entusiasmados por participar en la competencia.— Los elegidos serán anunciados en un mes junto a mi coronación oficial. Muchas gracias por todo el apoyo que me han brindado, prometo cuidar de ustedes y del reino con mi vida.

snowlight - akitoya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora