20 '(Pre)cumpleaños dorado'

29 5 0
                                    

Me gustaba la versatibilidad que significaba estar con Calum, como podía estar pasando un momento tranquilo y al otro tenerme contra una pared. Todo mi ser se estaba acostumbrando a esa dinámica.

Habíamos dormido quizás dos horas, pero ahora estábamos en un suave toqueteo que estaba muy cerca de convertirse en otra cosa si no nos deteníamos, claramente eso no estaba en nuestros planes o al menos no en los míos. 

¿Era cliché decir que había extrañado la manera en la que me tocaba? Porque joder, como lo había echado de menos.

Sus dedos se deslizaron entre mis pechos, con un toque lento, pero firme, seguro de lo que hacía y eso provocaba que el calor se concentrara entre mis piernas, las apreté para ayudarme un poco. 

Entreabrió los labios, pude sentir su respiración en mis mejillas. Quería tenerlo más cerca.

—Cal— gemí—, tócame— balbuceé.

Necesitaba aligerar la ligera punzada entre mis pierna y la necesidad.

Sonrió de lado.

—Lo estoy haciendo— respondió burlón.

—Sabes a lo que me refiero— tomé su mano que estaba deambulando ahora por mi vientre.

La arrastré justo al inicio del resorte de mis bragas, baje la mirada. Quería ir lento así que tenía que hacer dos cosas: 1) cersiorarme de donde iba a tocar y 2) cuándo lo hacía.

Baje un poco solo para que comenzara a tocarme por encima.

Apretó los labios. Tomé su pulgar e hice que comenzara a frotar. Imité su gesto de los labios y recargué la frente en su hombro, seguí moviendo quizás unos veinte segundos antes de soltar y permitirme disfrutar lo que él sabía hacer. No sé con que dedo, pero hizo a un lado la tela.

Mordí su pecho intentando liberar un poco de la presión que estaba sintiendo. Calum dejó de tocarme segundos después, lo que me tomó por desprevenida, pero solo lo hizo para ponerse encima de mí y empezar a besarme con un ligero balanceó de caderas. Mis manos se aferraron a su espalda y que agradeciera que no tenía las uñas largas porque seguramente habría dejado marcas si fuera así.

Alzó el borde de mi playera— él se había quitado la suya poco después de despertarse— para quitarla. Levanté las manos para que lograra quitarla, sonrió y la quitó en pocos segundos. Con una mano sujeto mis muñecas.

—No te muevas, ¿bien?— susurró tan cerca de mi boca que creí que me besaría. Asentí. Comenzó a besar mi cuello y siguió descendiendo hasta llegar a mis pechos, contuve la respiración.—Isabelle— casi nunca me llamaba así—, puedes respirar— murmuró burlón.

Quise reírme lo juro, pero lo único que salió de mi boca fue un gemido lastimero. Volvió a besarme, mi espalda se arqueó cuando volvió a tocarme con su mano libre.

—Mierda— balbuceé cuando me tocó en el lugar exacto para que mis piernas empezaran a temblar como gelatinas, moviendo mis caderas esperando que no se detuviera.

—¿Aquí?— su voz ronca envío escalofríos por toda mi columna. Intenté mover las manos, pero su agarre no me lo permitió. Movió su dedo de la maldita forma correcta y jadeé, me ardían los pulmones—. Supongo que es un sí— susurró volviéndose a enfocar en lo que estaba haciendo.

Cerré los ojos con fuerza esperando esparcir por todo mi cuerpo lo que estaba sintiendo. En algún momento solo pude sentir como sus labios se estampaban con los míos y como el poco aire que alcanzaba a jalar desaparecía. Mordió mi labio inferior provocándome un gemido.

La tensión en mi vientre comenzó a surgir, entre los besos desesperados y como me acariciaba fui incapaz de controlarme, así que me dejé ir en la nube de satisfacción y frenesí que recorrió todo mi cuerpo en olas que parecían arrastrarme más allá.

Ghost of you ||C.H||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora