Scarlett Miller se fue de Charming sin decírselo a nadie, pero después de que encarcelan a su hermano, decide regresar a su ciudad natal.
Jax Teller no está exactamente feliz de volver a verla.
THE STORY IS @maggieewritez THAT HE LET ME TRANSLATE I...
SCARLETT LEVANTA a Moby, el hijo pequeño de Lowell Harlan, y lo sube a la barra. Él juguetea con una pequeña llave inglesa mientras ella baja al congelador. El club lo quería alejado del patio mientras Halfsack entrenaba preparándose para su próxima pelea callejera, por lo que Gemma puso a Scarlett a cargo de distraer al niño.
—¿Qué tipo de paleta quieras, Moby?. —Ella pregunta, mirándolo y mostrando las diferentes opciones. —Hay fresa, naranja o limón.
Él patea sus piernas hacia adelante y hacia atrás debajo de él mientras piensa, levanta el dedo para tocar su barbilla y ella se ríe de sus expresiones. Finalmente decide, y suavemente coloca su llave a su lado antes de señalar el paquete rojo en su mano. —Fresa. —Solicita en voz baja.
Ella le sonríe y coloca con cuidado las otras opciones nuevamente en el congelador antes de levantarse nuevamente. Ella abre el delicado envoltorio de plástico y lo arroja a un bote de basura cerca de sus pies antes de entregárselo con cuidado. —No te preocupes si tus manos se ponen pegajosas. —Ella le revuelve el cabello y él sonríe felizmente.
Jax entra a la casa club, sus manos golpean rítmicamente sus muslos y sonríe cuando su mirada se posa en Scarlett. Se acerca, acariciando suavemente la rodilla de Moby. —¿Estás bien, amigo?.
Moby murmura una confirmación contra su paleta helada, sus ojos se cruzan mientras intenta mirar el hielo derritiéndose mientras todavía está en su boca. Jax se ríe de él antes de desviar su atención hacia Scarlett.
—Pensé en venir a verte antes de ir al hospital. —Se balancea sobre sus talones. —Hable con Hale. Kohn debería salir de aquí lo antes posible.
—¿Debería?. —Ella levanta las cejas.
—Ahora estarás bien. Nada de pervertidos. —Mira a Moby momentáneamente mientras Scarlett lo mira en señal de advertencia. —Lo siento. Ya no te molestarán más idiotas pervertidos.
Mientras su mente piensa en su estúpido padre, ella simplemente asiente lentamente, pero regresa a la realidad cuando él baja ligeramente la cabeza para mirarla a los ojos. Ella toma aire, tratando de ignorar la preocupación que crece lentamente en su rostro. —Gracias, Jax. —Sonríe. —En serio.
—Era lo mínimo que podía hacer. —Se encoge de hombros. —Debería haberle dado un mejor uso a mi cuchillo, pero ya estoy bastante metido en problemas con la ley.
Un grito lejano interrumpe la conversación. —¡Moby!. —Otro grito, esta vez proveniente de alguien que entra a la casa club. —¡Moby!. —Lowell dobla la esquina, sus ojos preocupados se posan en pacífico hijo y se relaja visiblemente. —Dios santo, ahí estás niño.
