Capitulo Dos: « 𝐃𝐢𝐦𝐞 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐮 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞...»

1K 87 37
                                    


    Leonardo trataba obtener la atención del de venda morada, no conseguía mas que miradas desinteresadas y tonos de afirmación, no sacaba los ojos de aquel móvil

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

    Leonardo trataba obtener la atención del de venda morada, no conseguía mas que miradas desinteresadas y tonos de afirmación, no sacaba los ojos de aquel móvil. Leonardo le molestaba aquello. ¿Que puede tener ese teléfono que no tenga yo? Lanzó una pregunta retórica en su mente, ya que si lo decía en alto tendría respuestas obvias, y eso no quería. ¿Qué tal si le digo ahora..?

Se acercó una vez más a su hermano que se alejaba con el móvil en mano. No sabía cómo empezar la conversación, y cada que hacia un chiste o un halago de sí mismo no obtenía discusión con Donatello.

Suspira, creído en tener que callar esa idea que quería contar a su hermano con más chistes y halagos o acción suya. Donatello finalmente lo toma en cuenta.

—¿Por qué suspiras? ¿no era que querías salir y buscar, no sé, cosas que capten tu atención? —sin quitar la vista al móvil pregunta. ¡Finalmente, es mí oportunidad!

— No, es que... —nada salía palabras de su boca, ¿estaba temblando? no puede ser ¿tenía miedo? imposible. Él no podía tener miedo. Él siempre se arriesgaba, él se reía del peligro.— pensaba en...

— ¿Tú, pensando? —se río, dejando el celular y al fin verlo a los ojos del de venda azul— ¿Y no te dolió?

Sonaba sarcástico cada palabra que daba, que se le podía decir, era así. Sonaba sarcástico pero realmente era una broma que disfrutaba el de color violeta hacia su hermano nervioso.

— Donnie, enserio. He estado pensando que... —pausó— he pensado que... —pauso de nuevo, se maldecía por dentro.

— ¿"He pensado que..." qué, exactamente?

— Que... jugáramos a un juego.

— ¿Juego? de acuerdo. Volveremos a casa y jugamos Lou Jitsu.

— no, no. No me refiero a eso.

— ¿Entonces a jugar... como niños?

— Tampoco. Bueno, quizás sea algo así.

— ¿A qué te refieres? ¿jugaremos juegos de niños? ¿La rayuela, al "veo, veo"... —el de ojeras rojas, harto de seguir con el rollo, habló.

— No. A lo que quiero decir es —alzó su voz y fue regulando—, lo que pido yo es... —miraba el suelo aun dudoso. ¿Enserio es necesario? sí, para demostrarle. Dándose el valor de verle los ojos del de caparazón blando— Dime por tu nombre, y yo te digo por el mío.

Silencio apareció en todo aquel escenario y ambiente que se tornaba, no muy normal. Leonardo solo miraba como Donatello cambiaba de faceta desinteresada a extrañada. Pensando en lo que sucedía ahora y en el comentario que su hermano le dio.

— Bueno —fue lo único que pudo pronunciar la tortuga, manteniendo parte de su mano en la cara, como si se sostuviera la cabeza. Aun reflexionando lo sucedido—. Creo que esto es narcicismo de tu parte.

— Ya, hermano. No te lo pongas a pensar.

— Es que no tiene sentido "tu juego". ¿Por qué debo llamarte por mi nombre? no entiendo-

— No debes entenderlo, solo disfrutarlo.

— Por Dios, Leo, piensa. Suena estúpido.

— Dime por tu nombre, y yo te digo por el mío. —repitió el favor. Donatello negó.

— Leo, es muy absur-

— Por favor —intervino. Sus ojos suplicaban por el favor mencionado. El nombrado suspira, lo veía absurdo y narcisista de su parte, desvió su mirada evitándolo—. Leonardo...

— No, Leo... —respondió, aun pensando lo estúpido que sonaba llamarse como el contrario. Le sorprendía las ideas raras y locas que sacaba el azul; pero esta, fue bastante extraña para el. no podía verlo a los ojos y aun así, Leonardo lo tomo del rostro, teniendo que mirarlo— Mmgh.

— Mírame a los ojos. —rodo los ojos y visualizo su cara.

— D-Donnie.

— Completo.

Ya se estaba hartando, debía sacárselo de encima. Teniendo que obedecerlo.

— Donatello.

— Leonardo.

— Donatello.

— Leonardo...

Leonardo, Donatello. Donatello y Leonardo. Era lo único que se escuchaba en esa noche en ese lugar. Y en cada nombre de los mutantes había acercamiento. El mencionado "Leonardo" estaba incomodo por lo que sucedía. Mientras que "Donatello" finalmente pudo sacar lo que tanto pensaba y anhelaba soltar.

Ambos estaban cerca, demasiado.

— Leonardo...

— Donatello.

— ... Y yo soy Miguel Ángel.

Intervino el menor de los mutantes. Habían olvidado por completo que Mikey los acompañaba. Ambos volviendo a la realidad, se separan y deciden buscar a su hermano fornido. No sin antes Leonardo abrazar a su hermano de venda morada. Teniendo ambos que sentir su piel y aire que anhelaban y exhalaban. Terminaron con el abrazo y empezaron con encontrar a su hermano y volver a su hogar.

Leonardo en ese momento que paso con Donnie simplemente improvisó, y seguiría hasta llegar al punto que quería llegar.

꧁𝔇𝔦𝔪𝔢 𝔓𝔬𝔯 𝔗𝔲 𝔑𝔬𝔪𝔟𝔯𝔢꧂- 𝕷𝖊𝖔𝖙𝖊𝖑𝖑𝖔 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora