A Cinco Años de TÍ

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A pesar de que llegaron al Villa pasadas las dos de la madrugada, Aaron y Vivi convinieron que la noche era todavía demasiado joven como para irse a sus respectivos cuartos y ya que en lo particular Vivi, le había suplicado a Ella que se quedara con ellos un rato más, con el suficiente fervor como para que se le removieran las fibras del corazón, la chica no pudo hacer otra cosa que acceder (a regañadientes).

Según la reflexión de Vivi, todavía era demasiado temprano como para que, tanto Ella como Darío (que también había intentado librarse de aquel after party improvisado), se fueran a dormir y, dado que (cito textualmente):

- "Las vacaciones se trataban precisamente de eso, de dormir por el día y trasnochar en las noches, realmente ninguno de los dos tenía una razón de peso como para dejarlos tirados tan temprano".

-¡Claro! -puso los ojos en blanco Ella intentando no rebatirle aquella idea- Como si Vivi fuera la clásica chica, bohemia y despreocupada a la que trasnochar se le da casi tan bien como respirar.

Y, sin embargo, tenía que reconocer que su amiga no dejaba de tener la razón pues a fin de cuentas...

- ¿Qué iba a hacer sola en su cuarto si en realidad no tenía la más mínima gota de sueño? ¡Nada!, absolutamente nada, salvo pensar.

Pensar, sí, sin lugar a dudas y, ya no solo en el fiasco que había sido su pasada relación con Héctor sino también en lo cómodo que había sido dejar que Darío tomara las riendas de su cuerpo mientras bailaban o...en aquella absurda y extraña necesidad que había sentido de besarlo y...

- ¡No! ¡Definitivamente no podía ir hacia ese tipo de pensamientos! ¡Y menos con él! -se regañó así misma, sacudiendo la cabeza sin darse cuenta que en ese mismo momento Darío, quien ya se había sentado cómodamente justo al lado de sus amigos en uno de los muros del mirador del hotel, se había quedado mirándola extrañado.

Más allá de su intrínseca necesidad de desmenuzar las cosas una y otra vez hasta que la venciera el sueño y... más allá incluso de que su instinto no paraba de gritarle que se alejara de aquel chico, al final, Ella decidió hacer caso omiso de todo tipo de raciocinio e impulsándose con las manos, terminó por sentarse justo al lado de él.

Primero porque había llegado a un punto en el que ya se había agotado de intentar dilucidar que era lo correcto para ella y que no. Se había pasado la vida conteniéndose, decidiendo en base a lo que creía lógico o conveniente para su vida, así que, por segunda vez en una misma noche, decidió cerrar los ojos a todas aquellas ideas preconcebidas que tanto la limitaban y simplemente se dejó ser. Sin capas, si prejuicios, sin escudos, solo ella misma en estado crudo y puro.

Segundo porque estaba más que convencida de que en realidad, su mejor amiga no había propuesto aquella idea con la intención de acercarla aún más a Darío, sino más bien por razones propias.

Y es que...a sus 18 años Viviana no se había planteado la posibilidad de entregarse a Aaron completamente hasta esa misma noche en la que, en un arranque de valentía y aprovechando que estaban solos había terminado por susurrarle al oído que, si él quería y estaba de acuerdo ella por su parte estaba más que lista para dar aquel paso con él.

De modo que, Ella, consciente de que gran parte de la razón por la que sus amigos habían decidido no volver a sus cuartos era justamente debido al nerviosismo de Vivi y, comprendiendo además, la necesidad de su amiga de prolongar la noche antes de llegar a vivir el que sería, sin dudas, uno de los momentos más memorables de su vida, a pesar de todo y el largo día que ya habían tenido, decidió incorporarse a la conversación que Aaron estaba teniendo con Darío sobre la razón por la cual las ciencias exactas eran mucho más fuertes que las sociales y en apenas unos minutos, ya habían armado un debate donde por supuesto tanto ella como Vivi decretaban que era una injusticia pensar así cuando en realidad las ciencias sociales y humanísticas todavía no habían sido exploradas al máximo.