Me adentré al auto de mi hermano para salir al club y me llego un mensaje del chat grupal con las chicas.
4️⃣🦊
Iv🧡:
Hello, oigan el aburrimiento me está matando, quieren salir hoy?Nina🤍:
Holaa, por mi esta bien.Sylv💛:
Vale.Maru💕: Hola, yo voy a salir con mi hermano
de fiesta, si quieren lleguen, van a estar
otros chicos 😏 (lleguen porfa, no me quiero
morir entre tantos hombres.)Iv🧡: Okay.
Sylv💛: Estoy dentro.
Nina🤍: Va.
Maru💕: 📍Ubicación compartida
Saque la vista de mi celular para decirle a mi hermano que mis amigas iban a venir. -Carletes, Ivanna, Sylvana y Martina van a llegar al bar- mi hermano me fulminó con la mirada -Que?, esperabas que me ahogara entre tantos hombres, no señor, no me morí hace 4 años no lo voy a hacer ahora.- dije, marcándole fin a la conversación.
Llegamos al bar en poco menos de 3 minutos, la casa de mi hermano en Madrid quedaba bastante cerca. Como venía acompañada de los mismísimos pilotos de la F1 nos tocó entrar por la puerta de atrás y dirigirnos al privado, mi hermano estaba de buen humor para las fiestas y no iba a dejar que los paparazzi interfirieran en eso.
Me acerqué a la barra y pedí un mojito, iba a empezar la noche con algo suave, pero igual me iba a emborrachar ya que mi hermano prometió cuidarnos y si no lo hace Lando, Martina y mamá lo iban a asesinar. El bartender me hizo llegar el mojito y yo me lo tome enseguida, también pedí una ronda de shots para entrar mas en confianza. Cuando me entregaron los shots me dirigí a la mesa donde estábamos todos sentados y dejé los shots en la mesa.
-RONDA DE SHOTSSS!!!- gritó el australiano, creo que era el único que lograba identificar ya que mi hermano y Lando me habían hablado de él.
-Tu primero, bonita- me miro y me extendió un vasito con el líquido.
Volteé a ver a Lando quien estaba sosteniéndome de la cintura con fuerza debido al mote que me puso Daniel, reí ante su gesto y tragué el shot.
1... 2... 3... 4... y 15 shots fueron suficientes para tenerme borracha bailando con algún español lindo que me encontré en el camino.
-No me haz dicho tu nombre, linda- gruñó el hombre en mi oído y mordió el lóbulo de mi oreja y yo me removí incómoda.
-Y no te lo voy a decir, lárgate- dije ya un poco molesta, trate de irme de vuelta a la mesa pero el hombre me agarró el brazo y me puso justo al frente de el. -Suéltame si no quieres problemas- estaba asustada pero aún así sonaba directa y molesta.
-Vamos nena, lo maximo que puede pasar es que llegue tu novio y te haga un berrinche- dijo e intento besarme pero fue detenido cuando un puño se posó en su mejilla.
-Te dijo que la sueltes, imbecil- giré y esperaba ver a un Lando Norris o un Carlos Sainz o hasta un Daniel Ricciardo pero para mi sorpresa estaba un Charles Leclerc con los puños apretados y la mandíbula tensa. -Ven, vamos a la mesa.- me ofreció su mano y yo la agarre sin problema.
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