Cuando nadie lo había visto tomo el primer caballo que vio y emprendió la marcha.
En su mente solo tenía espacio para sueños de fama y gloria, sobre todo después de estos días haber estado oyendo de los viajeros de la recompensa que había para él que lograra descifrar el misterio de la torre encantada.
Se decía que ahí se encontraba una princesa de tal belleza que había tenido que ser encerrada por su bien. Otros decían que lo que rodeaba la torre era una maldición que una vez te atrapara no te dejaría ir.
El pobre mozo iba elaborando un plan según lo que habían dicho los viajeros, una vez que viera la torre debía tapar sus oídos para que el canto de las sirenas no lo atrapen. Y en cuanto entre a la torre debía usar su escudo para que la criatura no lo encante con su mirada.
Después de su largo viaje llego al lago que tenía una pequeña isla y en esa isla estaba la tan famosa torre. Se hizo de un pequeño barco y remo hasta la isla.
El sol estaba cayendo cuando pudo llegar a la orilla y fue justo en ese momento donde su perfecto plan fracaso. La torre no tenía ninguna forma de ser escalada.
Grito lleno de rabia e impotencia.
Grito hasta que su voz se apago y el llanto tomo su lugar que la oyó, miro a su alrededor buscando el origen de tan dulce voz hasta que elevando la mirada iluminada por los últimos rayos del sol que la vio.
Por los dioses tenían razón, jamás había visto una mujer mas hermosa que la que sonriéndole le daba una forma de llegar hasta ella. Ella arrojo por la ventana, una extraña soga, que analizándola bien estaba hecha de cabello.
Trepo la torre emocionado por lo que contaría una vez este de regreso con tan hermosa joven, pero todo pensamiento voló lejos cuando al verla de cerca su belleza lo dejo mudo. Tan encantado estaba que no tomo en cuenta el hecho de que tropezó con restos de armaduras, no le pareció extraño que rodeando el lecho los huesos se amontonaran solo veía a la mujer que le extendía los brazos esperándolo, llamándolo.
No desconfió de ella ni siquiera cuando mostro sus afilados colmillos.
