交 › PLAYING FALL IN LOVE 𖥻JL

unique ♡

Podía ver las lágrimas correr sin obstáculos por sus sonrosadas mejillas a causa del llanto silencioso en el cual estaba tan sumergida, intentando que yo no lo notará, pero lo hacía. Era testigo una vez más de como se desmoronaba ante mis ojos.

Por mi causa. Sin poder hacer nada.

¿De que serviría si yo era la que provoca que sus hermosos ojitos se llenarán de lágrimas por mi egoísmo?

Yo provocaba esto. Yo la hacía sufrir.

Pero no podía hacer nada para evitarlo. Mi alma e incluso mi corazón no fue diseñado para amar. Nadie me enseñó como querer y cuidar al ser más hermoso que haya podido encontrar en mi solitaria y oscura vida.

Al ser que me enseñó que en la vida hay más cosas que realmente valen la pena.

- ¿P-por que... Por q-que me lastimas de esta manera, Lisa?

No lo sé.

Quise responder pero las palabras no salían de mi boca, el nudo en la garganta impedía que dijera todo lo que me cruzaba por la mente.

En cambio guarde silencio mientras la observaba desde una esquina de la habitación.

No existían palabras para justificar mi engaño, mi estupidez y el haber jugado con sus sentimientos.

Pero juro que lo intenté.

Porque cuando la conocí aquella tarde fría de otoño; en ese desolado parque luciendo tan majestuosa e inalcanzable. Quise conocer lo que era amar realmente a alguien.

Que alguien me amará.

- T-tu nunca me amaste, ¿Cierto?.- dijo con voz quebrada.- Solo fui una conquista más.

- Jennie... Yo...

Me interrumpió mientras negaba con la cabeza.

- No... No busques más excusas para negar que solo fuí un jodido juguete para ti, Lisa. Solo me utilizaste como tu maldita puta en turno.

Soltó una risa irónica.

- Eres una egoísta que no pensó en mí. Nunca lo hiciste. Solo pensabas en ti, todo este tiempo me viste la cara de estúpida.

- Juro que lo intenté, Jennie.- tome una respiración tratando de sonar culpable. Quería que ella creyera en mis palabras aunque en los recóndito de mi ser sabía, era conciente que ella no lo haría, porque no era la primera vez que hacía esto y posiblemente no sería la última. - En serio lo hice.

Claro que lo hice, intenté con todas mis fuerzas amarla, pero pudo más mi alma manipuladora. Algo se encendió ese primer día dentro de mi, el sentido depredador se activo y mi egoísmo me cegó.

Era como un pequeño cordero cayendo ante los encantos de un lobo disfrazado de ternura y amor.

Nunca sospecho. Cegada por las palabras bonitas y detalles falsos que realizaba con tal de tenerla para mí.

Porque eso es lo que era; un jugoso y exitante reto. Algo nuevo e innovador.

Y me odiaba a mi misma por ser de esta manera, por no poder enfocarme en lo que en verdad quería. Porque era más fácil jugar que enamorarme.

O tal vez solo estoy tratando de jusficarme. Como siempre trato de hacerlo.

- Vete y no quiero volver a verte jamás.- apunto a la puerta de la habitación y gritó.- ¡Vete!

Salí de la habitación y posteriormente de la casa, camine unas cuantas calles hasta que llegue a la parada de autobuses. Tome asiento al mismo tiempo que apoyaba mi cabeza en el cristal.

Todo se había ido al carajo, pero no sentía nada; ni dolor, ni entusiasmo; simplemente nada. Era como en ese punto en dónde necesitabas esa chispa que te hiciera sentir vivo.

Me puse de pie cuando escuché como el autobús paró enfrente mío, subí y pague mi pasaje.

Camine por los pasillos hasta dar con un asiento desocupado- ya que a esa hora había más gente- y me senté a lado de una chica muy bonita, la cual se sonrojo cuando la miré.

- Hola- hablé al mismo tiempo que estire la mano para estrecharla con la suya- ¿Cómo te llamas?.- pregunté.

- Rose, ¿Y tú?.- dijo tímida, correspondiendo el saludó.

- Lisa- sonreí coqueta causando que sus mejillas se tornaran rosas.- Se que no nos conocemos pero, ¿Te gustaría ir a tomar un café conmigo?

- Claro...- asistió.

El juego comenzaba.