Día 7: Libre; Noticia.

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Otra vez despertaba por ruidos insistentes de abajo, afinó el oído y concentrado empezó a analizar de qué se trataba ¿Quizá un ladrón? De ser así debería despertar a Nahoya e ir por la pistola que tenían guardada bajo llave en el armario

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Otra vez despertaba por ruidos insistentes de abajo, afinó el oído y concentrado empezó a analizar de qué se trataba ¿Quizá un ladrón? De ser así debería despertar a Nahoya e ir por la pistola que tenían guardada bajo llave en el armario.

Volteó somnoliento y empezó a palpar a su lado tratando de despertar al pelinaranja, y no estaba.

Entonces fue un alivio porque eso significa que no es un ladrón, pero la curiosidad le gana de ver qué está haciendo su prometido en el primer piso.
Se levantó apenas y miró el reloj de su mesita de noche marcando las cuatro veintiocho de la mañana. Suspiró agotado y bajó las escaleras entre bostezos pillándose más ruidos ir por la cocina.

Se dirigió hacia allí y guiado por la luz fijó su vista al pelinaranja comiendo de pie apoyado en el mueble de la cocina un ramen instantáneo y a su lado unas galletas de crema abiertas a medio comer.

—¿Naho?—

—....¿Quieres?— Extendió el bol desechable, Ran sonriendo negó.

—¿Qué ocurre príncipe? ¿Tienes hambre?— Se situó a su lado acariciando sus desarmados rizos.— ¿O es la ansiedad?—

—Ansiedad y ya, tenía muchas ganas de comer algo salado.— Musitó avergonzado.— Lo siento si te desperté.—

—Es raro en tí, pero no te preocupes, creí que pudo haberte pasado algo.— Ronroneó en su frente, Nahoya dejó el bol de comida a un lado y se dejó abrazar por la espalda con cariño por su Alfa .— Hueles muy rico ¿Qué te pusiste?— Bajó su rostro a la nuca del Kawata, lamiendo con cariño la marca de su unión.

—N-nada... Así huelo siempre, sabes que no me gusta el perfume.— Sonrió conmovido por los cariños del mayor dejándose mimar aún más.— Oye, estás muy cariñoso ¿O es mi idea?—

—Me dieron muchas ganas de mimarte, no sé por qué será...— Hizo un puchero algo inquieto, sentía su Alfa fuera de control como si estuviera saltando sin contener su emoción.— ¿Volvemos a la cama? Naho, quiero acurrucarme a ti...—

—Está bien, vamos, pero antes déjame terminar mi ramen.— Trató de apartarse pero él no se lo permitió, lo apresó más contra su pecho.— ¿Ran?—

—No me dejes soltarte, vamos, come mientras te abrazo.— Su gesto parecía triste y lo ocultó en el arco de su cuello, inhalando más de su olor.— Me siento raro, mi cuerpo no puede dejarte ir ahora... ¿Estás cerca a tu celo o algo?—

—No, no es eso.— Titubeó al hablar, Ran notó ello y se acercó más a su rostro.— Ya sabes, desequilibrios hormonales...—

—¿Hm? Hay algo que me ocultas y no quieres contarme ¿Qué es príncipe? Sabes que puedes decirme de todo.— Volvió a sonreír besando repetidas veces su mejilla hasta su mandíbula y cuello, volviendo a su marca para besarla y acariciarla.

—Ran, estoy embarazado.—

—¿Qué...?— Tragó en seco, sus ojos se habían abierto con gran sorpresa.

Pestañeó un par de veces y de inmediato una sincera y tonta sonrisa se instaló en su rostro.
Volteó al pelinaranja y acunó tierno su rostro en sus palmas. Ambos sonrieron entre risas y más Nahoya con un rostro sonrojado y decepcionado.

La sorpresa debía esperar un poco más el día de su boda que ya estaba a menos de un mes de realizarse.

—Tengo siete semanas...—

—¿Me estás jodiendo? ¿Y cuando planeabas contarme esta hermosa noticia? Nahoya voy a llorar.— Empezó a reír nervioso bajando sus manos sin dejar de acariciar el casi nada abultado vientre del más bajo.— Eres muy egoísta....—

—Te lo iba a contar la noche de nuestra boda como excusa para no acostarnos...—

—Es lo que menos me dolería, Naho... Tenemos un cachorro que cuidar ahora.— Musitó al borde de la emoción.— No sé qué-.— El pelinaranja se interpuso besando de forma corta los labios del mayor.

—Cachorros.— Susurró.— Son tres.—

Ran detuvo toda emoción. Su respiración se cortó y con un rostro pálido observó al pelinaranja. Nahoya trató de sonreír pero fue inevitable reír ante la expresión del Haitani, sólo palmó su hombro y seguido su rostro sin detener su risa burlesca.

—Son dos, tonto...—

Dicho y hecho, dos saludables mellizos nacieron, un niño y una niña dieron bendición a la ahora vida de casados de esa particular pareja.

Asashi Haitani, la mayor, entusiasta de ojos violetas y un cabello rubio rizado tan largo y brillante, una personalidad valiente y heróica casi explosiva muy útil al ser capitana del equipo de fútbol de su primaria.
Arata Haitani, un muchacho brillante de cabello rubio y liso con unos ojos azules igual de brillantes que los de su hermana, un genio de las artes, siendo estudiante de actuación y modelaje a sus doce años.

Para Ran sigue siendo un sueño vivir así.
Para Nahoya es una hermosa realidad porque nunca imaginó que su familia de dos pasaría a cuatro.

Y pronto a cinco.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2022 ⏰

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