Extrañarte

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Había salido de la ducha y estaba seleccionando la ropa que me iba a poner, iba a salir al Cabaret a supervisar, así que sería algo cómodo, elegí un pantalón palazzo verde oscuro y una blusa blanca. Me moría de ganas de ver a María José, el hecho que su habitación quedara en el piso de abajo no ayudaba a estar alejada de ella, no la había visto desde que habíamos ido a la cárcel para ver a La Chiva que había sido hace un día y parecía una eternidad, así que decidí usar como excusa el hecho de que necesitaba ayuda para delinearme los ojos, aunque fuera un poco de mentira ya que me salía mejor el delineado desde hace algún tiempo, pero eso no importaba, necesitaba por un momento si quiera verla. Me hice un moño bajo en el cabello, retoqué mi labial y me apliqué más perfume.
Cuando llegué a su habitación, tuve miedo de tocar la puerta y encontrarme con algo que no quisiera ver, para ser más específica: a Kim, pero, pudieron más mis ganas de tenerla cerca, toqué la puerta, al tercer golpe abrió, portaba una bata de seda en color beige dentro tenía una pijama a juego de top y short, sus piernas bronceadas se veían brillantes por la crema, que por el olor a lavanda que desprendía de la habitación, supuse que se había puesto. Cuando estábamos en Madrid me encantaba ponerle crema por todo el cuerpo y ella también lo hacía conmigo, era de mis actividades favoritas, un libro estaba abierto en su cama y una taza de café se encontraba en su mesa de noche.
MJ: Pau, ¿necesitas algo?
P: (a ti) María José, no me sale el delineado, ¿me ayudas? (la miré con ojos de perrito)
MJ: Claro, pasa (dijo mientras se ponía a un costado)

Avancé hasta una mesa en donde vi que estaban sus cosméticos y coloqué mi cartera en su cama, ella solo me miraba detenidamente sin moverse.
MJ: ¿Tu delineador?, dijo mientras avanzaba hacia mí
P: Uissh, me lo olvidé en mi cuarto, qué tonta (reí ligeramente)
MJ: (Entrecerró sus ojos y alzó sus manos) Usaré el mío entonces

Sacó de un estuche una brocha delgada y un delineador en gel (yo se lo había regalado cuando estábamos juntas, era su favorito), mis ojos se agüitaron al recordarlo pero su mano tomó ligeramente mi mentón para poner mi rostro en la posición que ella quería.
MJ: Cierra los ojos, por favor
P: (Cerrando los ojos) Sí

La rubia tomó un mechón que estaba sobre mi ojo izquierdo y lo puso detrás de mi oreja con sus suaves dedos, sentí mi cuerpo electrizarse, comenzó a hacer las líneas muy concentrada y solo sentía que su voz emitía unos ligeros tarareos de una canción que no lograba reconocer, hacía eso cuando estaba concentrada, tomó mi cara con sus dos manos, recordaba que lo hacía para ver si ambos delineados estaban simétricos.
MJ: Listo, quedó perfecto

Abrí los ojos y la vi haciendo un pequeño puchero de concentración, sus hermosos ojos verdes mirando mis ojos marrones y sus manos que no habían dejado de tomar mi rostro. Me encantaba tenerla tan cerca después de tanto tiempo, mis ojos recorrían su rostro lentamente, admirando y recordando sus bellas facciones, su boca me provocaba mucho, la deseaba tanto, mis piernas temblaban de lo mucho que la quería besar, acerqué mi rostro al suyo aún más, ella no retrocedió, puse mis manos en sus pechos y las dejé ahí, sus mejillas se sonrojaron y bajó la mirada, pero regresó a mirarme cuando se dio cuenta que yo no bajé la mirada. Era tan linda, qué tonta fui en perderla, justo cuando me atreví a tratar de juntar sus labios con los míos en un rápido movimiento me besó en la frente y se separó de mí.
MJ: Que te vaya bien en tu salida (tosió nerviosa)
P: Gracias (dije casi sin aliento, sentía mucho calor), voy al Cabaret, ¿quieres ir conmigo?
MJ: No, gracias, ya me iba a acostar (dijo bajando la mirada)
P: (ojalá te hubieras acostado conmigo) Entiendo (dije echándome aire con la mano)

Caminé hacia su cama, tomé mi cartera mientras ella se miraba en el espejo que agarró de la mesa en donde estaba su maquillaje, abrí la puerta y volteé a mirarla por una última vez esperando a que me pida que me quede o que me diga que quiere ir al Cabaret conmigo.
MJ: ¿Nos vemos mañana para ver lo de La Chiva?(se la notaba nerviosa)
P: Sí, te mensajeo para ver a qué hora nos vemos (salí y cerré la puerta)

Me quedé quieta pegada a la puerta, se había puesto nerviosa, ¿le seguía atrayendo? ¿me deseaba tanto como yo a ella? ¿querría volver conmigo en algún momento? o ¿me debería conformar con solo ser su amiga?, pero creo que ambas sabíamos que amigas nunca podríamos ser después de todo lo que hemos vivido.

Majolina - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora