Capitulo 5

201 23 6
                                    

Sasuke odiaba sentir. Odiaba la agudeza y la intensidad en ello. Odiaba que le recordaran que seguía siendo humano en ese sentido. Necesitaba ser el monstruo que todos esperaban de él, quería ser ese monstruo para llevar a acabo su venganza.

Empujó el acelerador con fuerza. Tal vez debería haber huido. Necesitaba deshacerse de ese exceso de energía, de esa peligrosa opresión que abarcaba su pecho. Pero adonde tenía que ir era demasiado lejos, y aun no podía hacerlo. No podía esperar tanto. Necesitaba liberar algo de tensión ahora mismo. Necesitaba deshacerse de esa sensación en su cuerpo. Necesitaba volver a ser él mismo. Necesitaba recordarse a sí mismo.

Se detuvo frente a Rouge Night en la zona de no estacionar, ignorando el auto detrás de él que tocó la bocina. Abrió la puerta y salió del vehículo. El gorila no dijo ni una palabra sobre el peligroso modo en que se había estacionado Sasuke, solo dio un paso atrás mientras Sasuke pasaba junto a él sin una palabra de saludo. Sasuke estaba casi triste de que el imbécil no le hubiera dicho que se largue. Quería romper huesos, quería mutilar y matar.

El interior del burdel estaba lleno de putas y sus juguetes. Había risa falsa y perfume demasiado dulce. Había sudor, sexo y humo en el aire. Había una tensión tan palpable, que se podía cortar con un cuchillo.

Las había tenido a todas y la mayoría de ellas no valían la pena. No podían darle lo que él quería, lo que necesitaba. Pero había alguien que podía, que le gustaba duro y sin piedad.

Fuka se había alejado de su pretendiente potencial, un idiota gordo con un traje oscuro. Sasuke no conocía al hombre, así que no importaba. Sasuke conocía a todos los que importaban en esta ciudad, y la mayoría de ellos eran lo suficientemente listos para no interponerse en su camino de todos modos.

Pasó la barra hacia la parte de atrás antes de entrar en la segunda habitación a la derecha. Estaba vacía, pero el olor a sexo, desinfectante y látex pesaba en el aire. Caminó hacia la cama y segundos después la puerta se cerró detrás de él.

—Un día duro —dijo Fuka con voz ronca. No era una pregunta, sino una declaración. Ella sabía que no debía hacer preguntas. Supo que ella estaba cerca cuando el olor a humo rancio y reciente se envolvió a su alrededor. Cuando ella no tomaba un trago o tenía una polla en la boca, fumaba.

Él se volvió. Sus labios estaban cubiertos de labial rojo, brillantes y falsos. Todo en ella lo era. Su cabello rojo teñido con mechas azules, caía completamente liso por su espalda. Alisado de esa forma con laca para el cabello y cualquier cosa que utilizaran las mujeres para hacer que sus cabellos hagan cosas que no estaban destinados a hacer. Sus labios se curvaron en una sonrisa coqueta, sus ojos, llenos de demasiado maquillaje parpadearon con impaciencia.

Él la agarró por los brazos y le dio la vuelta bruscamente, luego la arrojó a la cama. Su mano se enredó en su cabello, tirando con fuerza mientras su otra mano abría su cremallera, entonces, uso un preservativo empujó su falda y la penetró con un impetuoso empuje despiadado. Ella gritó, en dolor o lujuria, él no sabía, no le importaba y la folló con más fuerza y aún más duro hasta que la imagen de la piel de porcelana dejó su mente, hasta que volvió a ser quien estaba destinado a ser.

Un monstruo, y nada menos.

Sakura despertó por un sonido que no pudo precisar. Como garras sobre la madera. Sus ojos se abrieron de golpe, mirando a un techo blanco no a su cama dosel. Reviso la habitación sin reconocer nada. La confusión atravesó su mente soñolienta, y luego todo lo que había sucedido se estrello contra ella. Se sentó y tardo en precisar el ruido que había oído. El perro. Estaba delante de la puerta otra vez.

Maldición. Realmente necesitaba ir al baño, pero con el perro esperando por ella, eso estaba fuera de discusión. Ni siquiera sabia donde estaba el baño.

Asesinos de ÉliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora