Familia Corcega López 2

22. Están vivas

Temo ya estaba de vuelta en casa, se encontraba sentado en el sillón arrullando a sus bebés. Ari llegaba de trabajar y sonrió al ver esa tierna escena.

-Hola amor- habló en voz baja y le dió un beso al igual que a sus bebés.
-Hola Tahi- dijo Temo sonriendo-. ¿Todo bien?
-Si, sobretodo ahora que llegué a casa.

Ari se sentó junto a el tomando a su pequeña Rebequita en brazos, Temo estaba más tranquilo pero en su interior no dejaba de pensar en sus hijas.

-Te amo Ari- dijo Temo.
-Y yo a ti mi Temo, te amo hasta el infinito- dijo Ari y le dió un beso en la punta de la nariz-. Verás que todo terminará pronto.
-Ya solo quiero que los seis volvamos a estar juntos.
-Pronto mi amor, pronto.

El timbre sonó, Ari con su pequeña fue a abrir y era Rodrigo. En esa ocasión se le mostraba una expresión diferente a todas las veces en que se habían visto. Ari lo invitó a pasar, Temo comenzaba a asustarse de que fueran malas noticias.

-Chicos, les traigo noticias- dijo Rodrigo formando una pequeña sonrisa-. Son sus hijas.
-¿Qué pasa con ellas?- preguntó Temo con un nudo en la garganta.
-Tranquilo Temo, no fue lo que pensábamos. Sus hijas siguen vivas.

Ari y Temo sintieron un gran alivio al escuchar eso, se abrazaron y se daban muchos besos. Al menos eso los calmaba.

-¿Y dónde están?- preguntó Temo.
-Continuan buscándolas- dijo Rodrigo.
-Pero, ¿cómo saben que están vivas?
-La prueba está en la sangre encontrada en sus uniformes. Trataron de engañarlos haciéndoles creer que sus hijas estaban muertas porque la sangre era falsa.

La pareja sentía un gran coraje por alguien que les hacía esa broma de gran peso, pero al menos sabían que sus hijas estaban vivas.

-Vamos a continuar con la búsqueda, los principales lugares serán en los alrededores de donde encontramos los uniformes- dijo Rodrigo-. Les aseguro que encontraremos a sus hijas con vida.

Rodrigo regresó a su trabajo, Ari y Temo se dieron muchos besos al igual que a sus bebés. Sus lágrimas ahora eran de felicidad.

-¿Lo ves, Tahi?- dijo Ari sonriendo-. Te dije que todo estaría bien, al menos sabemos que nuestras hijas están vivas.
-Con eso yo me siento tranquilo- dijo Temo-. Solo queda esperar a que las encuentren.
-No hay que perder la fe, aparecerán más pronto de lo que pensamos.

En otro lugar, Anya y Nidia estaban sentadas en un rincón del lugar abrazando sus piernas mientras veían a Meli observar su celular.

-¡Ay, que feliz estoy!- dijo ella-. Seguramente sus papás ya se divorciaron y ahora si me podré quedar con Temo.
-De verdad tú estás loca- dijo Anya-. Nuestros papás no iban a caer porque ya debieron haber descubierto que la sangre era falsa.
-Deberías pensar antes de actuar- dijo Nidia-. Estás completamente loca.
-Las locas son ustedes, sus papás ya se divorciaron y punto. Ahora, me tengo que ir porque tengo una boda que organizar.

Meli se fue del lugar, Anya y Nidia se volvieron a quedar solas. Justo cuando Meli se había dado la vuelta algo se escuchó caer.

-¿Qué es eso?- se preguntaron.

Una vez que se aseguraron que Meli se hubiera ido se acercaron a ese objeto. Sus manos temblaron cuando lo tomaron en sus manos y sus corazones latían muy rápido.

-No creo que sea buena idea- dijo Nidia con un nudo en la garganta.
-No perdemos nada con intentarlo- dijo Anya-. Pero hagámoslo antes de que regrese la loca.