Capítulo XXIII

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La salud del pequeño Stiff mejoraba con el pasar de los días y con cada visita que su madre le daba, Camila fue dada de alta cinco días después y para ella el dejar a su pequeño en aquel hospital resultó una decisión bastante difícil, pero no había otra manera de hacer las cosas. Con la aprehensión de sus padres y con la ayuda de la familia de Ally pudo obtener la custodia temporal de su hermana Sofía, se mudaron a la mansión de sus padres y la mayor de las Cabello intentó que su hermanita no sintiera tanto el peso de las cosas, claramente preguntaba en reiterada veces el paradero de sus padres, pero Camila siempre la mantuvo con un "se fueron de vacaciones por un largo tiempo".

Una tarde, luego de la mudanza, Camila recibió la visita de dos agentes, a uno de ellos le conocía, era Fernando, el chico que resultó ser un agente encubierto y una mujer, ambos del cuerpo policial.

-No necesito que nadie me custodie Fernando, ya que lo dije, nosotras estamos bien - le insistió Camila.

-No vamos a entrar a su casa señora Mahone - le dijo la mujer, haciendo que Camila doblara los ojos.

-Por amor a Dios, deje de llamarme señora de Mahone, dígame Camila.

-Disculpa Camila, pero tenemos órdenes de permanecer fuera de tu casa hasta que por lo menos termine el juicio de los Mahone y de tus padres - le explicó la policía.

-¿Ordenes de quien?, ¿de Lauren? - preguntó con sarcasmo, mirando esta vez a Fernando, quien sabía todo lo que pasaba.

-Si Camila, de Lauren, así que solo venimos avisarte que estaremos afuera por si necesitas algo, lo que sea, puedes decirnos - le dijo Fernando.

-Decidle a vuestra jefa que se meta su ayuda por donde no le dé el sol y que no necesito una jodida mierda de ella - dijo con rabia antes de cerrarles la puerta en la cara a los agentes.

-No entiendo una mierda, por lo que se ella odiaba a su marido y se casó bajo amenazas con él - comentó la agente Miranda, una vez caminaba junto a Fernando al coche-, pero parece que está cabreada por el hecho de que lo hayamos metido a la cárcel, ¿o es que hay algo más?

-Hay algo más, pero no soy quien para decirte esas cosas que son privadas Miranda, así que vamos a concentrarnos en cuidar de ella y de los niños, ¿vale?

-Bueno que yo solo quería saber más sobre este caso - dijo, encogiéndose de hombros.

-Que si, que si, chismorrilla - le bromeo Fernando.

Por la tarde y luego de recibir la noticia del día en que se celebraría el juicio de su familia y la de Austin, Camila recibió también una visita que estaba regularmente junto a ella, Rebeka, esa amiga que se había convertido en una incondicional para ella y un gran apoyo, pasaba tardes enteras con ella ayudándole con los niños, en varias ocasiones incluso se quedaba acompañarle, luego de todo el desastre la mayoría de los que trabajaban en la casa se fueron por el miedo a verse envueltos en aquellos engorrosos problemas que arropaban a la familia, siendo solos dos chicas las que aceptaron ir regularmente a casa a realizar los labores de limpieza, por lo demás, Camila debía encargarse, agradeciendo por todo lo alto que Sofía no fuera una niña inquieta y que no estuviera asistiendo a la escuela por ahora, en lo que a Stiff se refería, era un bebé bastante dormilón, lloraba solo cuando tenía hambre y sueño, así que el papel de madre de dos pequeños no lo estaba llevando tan mal.

-Siento vergüenza Rebe, se que debes estar agotada por el trabajo y vienes aquí a llenarte con esta energía tan negativa de todo lo que me esta pasando - le dijo Camila, mientras miraba como Rebeka tomaba entre sus brazos a Stiff.

-De verdad no me importa, sabes que me encantan los niños y les he tomado mucho cariño a los tuyos, déjame ayudarte por favor - le pidió.

Camila bajó la mirada con una sonrisa aceptando el trato y no volviendo a tocar el tema, minutos después se fueron los cuatro a la cocina a preparar el almuerzo, Sofia miraba las caricaturas desde su Ipad y Stiff se dejaba arropar por los brazos de morfeo sobre el pecho de Rebeka, una vez cayendo plácidamente en un sueño la chica lo coloco en su cuna y bajó luego a encontrarse con Camila, quien ya había puesto la mesa para empezar a comer.

-Rebeka estaba pensando en algo y no se si te guste la idea.

-¿De que se trata? - le pregunto con interés.

-Bueno se que aun no se que voy a hacer con mi vida, estoy esperando lo que pase en el juicio, aunque los abogados de mi familia no me dan esperanza de que salgan por los cargos que se les imputan y todo eso, pero mientras voy a vivir aquí y me preguntaba si tu querias mudarte, se que vives en ese piso sola, que es rentado y bueno, aquí no pagaras nada, tendrás tu propia habitacion y asi nos hacemos compañía, se de tus planes de reunir para un piso propio y creo que viviendo aqui podras lograrlo más rápido.

Rebeka nunca espero que Camila le hiciera aquella oferta, sabia muy bien los problemas en los cuales la chica estaba metida, pero eso no era impedimento para sentir que debía estar a su lado e intentar protegerla a ella y a los niños, la verdad era que más que una amistad, sentimientos diferentes nacían por ella, pero no quería abrumarle con eso, estaba dispuesta a esperar el tiempo que fuera necesario para poder sincerarse, tiempo en el que el corazón de la Cabello pudiera sanar después de tantas heridas.

-Me da verguenza contigo Camila, no quiero ser una carga más - le dijo, bajando la mirada.

-¿Una carga?, Dios no, tu eres más bien una luz entre tanta oscuridad Rebe, acepta por favor - le dijo en modo de súplica haciendo pucheros.

-Si, ven a vivir con nosotras Beka - intervino Sofia, causando la risa de las dos mayores.

-Con una condición y si no la aceptas no me vengo a vivir acá, los gastos de la casa corren por mi cuenta.

-Vale, que no me parece pero, eres cabezotas, no puedo decirte que no - se dio por vencida la chica, con una sonrisa victoriosa.

Fernando y la agente Miranda hicieron relevo esa tarde, dándole el lugar a dos agentes que estarian durante la noche custodiando la casa de los Cabello, pero antes de irse a casa, debía pasar por la oficina de la inspectora para contarle los detalles del día.

-¿Como dices que se llama? - le preguntó, mirando las fotos en donde aparecía Rebeka mudando sus cosas a la casa de Camila.

-Rebeka Montesinos, tiene veinticinco años, es una recién graduada de medicina y trabaja en el hospital central, no tiene antecedentes penales.

-¿Hace cuánto se conocen y como?

-Se conocen hace un par de meses y como... - el chico hizo una pausa, bajando la mirada con cierta incomodidad, Lauren lo miro al sentir aquel silencio.

-Fernando - le llamó, para que continuara.

-Se conocieron en el cementerio cuando Camila iba a diario a la tumba que fingimos era tuya.

Lauren sintió una punzada en el pecho y un nudo en la garganta, se dejo caer en su silla colocando sus manos en el rostro, no podía siquiera imaginarse todo lo que paso Camila con su ausencia y creyendo que había muerto, era algo que la atormentaba desde el momento en que tuvo que dejarle.

-¿Pasaba mucho tiempo ahí?

-Una temporada estuvo visitándolo a diario, pasaba casi toda la tarde o todo el dia, su amiga Ally poco a poco pudo ayudarla a salir de eso.

-Trate de sacarla de una vida llena de sufrimiento y lo que hice fue hundirla aún más, el odio que siente ahora hacia a mi está bien fundado, no supe hacer las cosas bien con ella - dijo, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas.

-Tu no decidiste que Mahone te intentara matar, tu no estabas conciente cuando te sacamos del hospital por miedo a que el chico enviara a alguien, tu no decidiste nada de esto Lauren, simplemente paso y siempre actuaste de la manera correcta, de haberlo sabido Camila, hubiese corrido un riesgo peor que el que tu corrias, ahora se que ella lograra perdonarte, dale un tiempo y ve y explicale lo que pasó y como pasó, Camila es una chica con un buen corazon, se que podrá perdonarte.

Lauren se limpió una lágrima que corrió en su mejilla, recordando que ella tambien sufrio durante todo ese tiempo, meses tirada en una cama sin poderse mover, terapias dolorosas para poder recuperar el habla, poder volver a moverse, el sentimiento de no saber si volvería a ser una persona normal y si volvería a verla, fue algo que le atormentó tanto que le marcó, esa bala que aquel hombre intentó meterle directo al corazón no logró matarla, pero ese tiempo lejos de Camila si, algo dentro de ella se quebró de manera definitiva.

Una Bala Directo al Corazón - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora