Cheerleader

740 41 5
                                    

La tarde estaba por dar bienvenida a la noche. Las nubes desaparecían entre el anaranjado horizonte y los cuervos se acobijaban entre los arboles. Poco a poco las calles de aquel pequeño poblado quedaban abandonadas y el sonido desaparecía por completo.


Sin embargo, el único sonido que se hacia presente era el de las pisadas de una joven, la cual aun caminaba por las calles. ¿Quién era ella? Ella era una simple chica de preparatoria que aun portaba el uniforme de deporte a esas horas, el cual con letras doradas, anunciaba "cheerleader". Su suave pelo azabache se echaba a perder entre unas ataduras de una coleta mal atada, mientras sus largas piernas caminaban con la poca fuerza que le quedaba y su mochila arrastraba contra el pavimento. Su cansancio era obvio. Su agradable cara era mal adornada con ojeras, su maquillaje estaba desvaneciendo y sus ojos estaban entre rojos del cansancio. Con una mano acariciaba su mejilla izquierda y signos de dolor la acompañaban a cada movimiento.


La chica, como pudo, abría el portón de una casa. La figura caminaba con tanta paciencia, que la más lenta tortuga se habría aburrido y corrido a la velocidad de la luz.


-¿Sabes que hora es?-pregunto un hombre situado en la puerta principal.


La chica solo opto por levantar la mirada y sonreír.


-¿Qué te paso en la mejilla?-


La chica volvió a sonreir, pero esta vez contestando entre susurros.


-La entrenadora Williams nos dejo entrenando con el bastón. Jamás he sido buena con esta cosa. Es como si me odiara y quisiera hacerme la vida imposible. Es cierto lo que dicen las demás, yo no le caigo bien. Sé que lo hizo por esa razón. Porque me quiere humillar.


Su suave mirada caía a cada palabra como si fuese la peor cosa del mundo, pero él sabía que no era cierto; solo estaba cansada.


-¿Podrías darme una muestra de como atrapas el bastón?-pregunto el hombre de pelo blanquecino a la chica de pelo moreno.


Con un movimiento el bastón voló por el aire, pero tal como la chica lo dijo, no era buena en eso. Para cuando la chica se dio cuenta de que no estaba entre sus manos, el bastón ya había caído al suelo. Y ahí estaba el bastón, tirado en el suelo y esperando a ser recogido.



-Espere-dijo la chica moviendo la mano en dirección al bastón.

-Me podrías explicar que estas haciendo, ¿Rin?-pregunto el hombre aun observándola.

-Estoy tratando de usar mis poderes mentales, señor Sesshomaru.


El silencio se hizo presente entre los dos. Mientras tanto, Sesshomaru, se concentraba en las palabras de la joven. Rin, a su edad, jamás había desarrollado telequinesis. Sin embargo, ahí estaba la chica, moviendo su mano en dirección al objeto y sin muchas ganas de agacharse a tomarlo.


-Rin-

-¿Señor Sesshomaru?-

-Tu no tienes telequinesia.


Rin le miro a los ojos y encogió sus hombros.


-Si yo tuviera, ¿No cree usted que el bastón estaría ya en mis manos?



._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._

Esta es una serie de historias de Rin y Sesshomaru en la época moderna(Siglo XXI). ¿Es SessRin? Rin es la protégé de Sesshomaru, pero todos sabemos que ella es más que eso, ahaha. No sé escribir bien, por lo cual busco un beta que me ayude. Si tu eres uno, ayúdame a volver a escribir esta historia y te haré un fan art.


La ProtegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora