Cuando te quedas dormida a mitad de una película en la sala por lo general esperas despertar en el sillón, pero despertar por literalmente un baldazo de agua fría es definitivamente lo que menos esperas.
—¡¿Qué rayos?!— exclamé levantándome de golpe totalmente empapada
—Aquí no es hotel Jones, levántate tienes muchos deberes por hacer y más vale que estén terminados antes del final del día—, me dijo una señora que en mi vida había visto antes—, y dúchate apestas horrible, no me mires como si no supieras de que hablo—. en realidad, no sabía de qué hablaba, pero trato de actuar como si lo supiera.
Una vez la señora de cabello algo canoso se fue me quedé un par de minutos tratando de entender donde es que estaba, mi último recuerdo antes de quedarme dormida es haber estado viendo Narnia con mi papá en la sala, busqué algo de ropa seca en el mueble de noche que estaba junto a la que suponía era mi cama encontré una camisola a cuadros roja y azul, al igual que unos jeans.
Me fui al baño para darme una ducha, cuando me quite la playera note una venda ligeramente ensangrentada en mi antebrazo derecho al quitarla pude ver que tenía siete puntos bastante mal hechos pero que cumplían con su propósito, cuando termine de vestirme salí del baño llevándome un susto.
—¿Cómo está tu herida? — me preguntó la chica de cabello rubio, casi blanco —Perdón te asuste.
—No pasa nada—. dije con una sonrisa agradeciendo que no la golpeara en la cara, me miró como esperando alguna otra respuesta, me limité a alzar las cejas moviendo ligeramente la cabeza buscando una respuesta de su parte.
—¿Tu brazo? — preguntó señalando en el lugar de la herida.
—Ah si mi brazo, está bien—. balbuceé tratando de sonar normal.
—Te conseguí una venda nueva—. señaló dándomela.
—Gracias—. agradecí tomándola y levantando mi manga para vendarme de nuevo.
Esta chica parecía conocerme, pero yo no tenía ni la menor idea de quién era ella o peor aún quién era yo aquí... o dónde y porqué estaba aquí. En conclusión, no sabía o entendía nada de lo que estaba pasando.
—¿La señora María te tiro la cubeta de agua encima de nuevo? — me interrogó supongo que por la ropa mojada que traía en la mano.
—Ah, sí eso fue lo que pasó—. Hice una pausa, por su actitud parecía que nos llevábamos bien. —¿Qué tan a menudo suele pasarme eso? — cuestione esperando que no fuera una pregunta extraña.
—Cada que se le da la gana, ¿o que, ya se te olvidó que te odia?
—No, no claro que no solo... preguntaba—. respondí rascándome la nuca tratando de aclarar mi mente. —Ahhh, ¿por qué me odia?
—¿Es chiste verdad? — cuestiono girando ligeramente la cabeza.
—Si, si por supuesto que es chiste, solo un chiste y ya —. Dije aun sin terminar de entender que era lo que estaba pasando.
—¿Te sientes bien?
—Si, perfectamente—. respondí tratando de desviar la atención, para mí era claro que nada de esto estaba bien y no sabía cómo sentirme o si mi manera de actuar estaba siendo la correcta.
—Ali, tú no haces chistes jamás...— se quedó callada viendo fijamente por un segundo. —tampoco sueles sonreír, ¿a quién le jugaste una broma? solo sonríes cuando le hiciste una broma a alguien.
—¿Ali? — pregunté, aunque esta vez me senté en la cama del frente me había empezado a doler la cabeza.
—Ah sí, ese... ese es tu nombre, ¿segura que te sientes bien? — interrogo, pero la cabeza comenzaba a darme vueltas.
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𝐋𝐞𝐠𝐚𝐝𝐨 𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧 (PAUSADA)
FanfictionTres años antes de William Clayton, su medio hermano, la abandonaron a la puerta de la mansión de los Queen con una nota que pedía que cuidaran de ella y con su fecha de nacimiento, sin nombre sólo eso. Oliver junto con Robert la encontraron una ma...