Besarte

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Yo no sabía que era celosa hasta que María José reapareció en mi vida después de su transición, recuerdo cómo la miraban las personas cuando salimos al Cabaret por primera vez, cómo los ojos se les paseaban por sus curvas y hacían muecas coquetas, hasta ahora recuerdo lo molesta que me puse y lo mal que les miré, y ni decir de cuando noté que la tonta de Julián la miraba así, ahí sentí mi cara arder de la molestia.

En ese momento no éramos nada, solo nos habíamos besado "por costumbre" (para mí nunca fue por esa razón), pero mi mente no dejaba de divagar si tal vez esos labios besaban a otros en Madrid, si tal vez ella ya tenía pareja, siendo una mujer tan atractiva en tantos sentidos para mí era improbable que estuviera soltera y eso hacía que muriera de celos sin siquiera aún saber si eso era cierto, pero para mi suerte ella no estaba con nadie, decidió estar conmigo y yo me sentía la mujer más afortunada del mundo.

Lamentablemente, eso no duró mucho y ahora cada vez que la veía con Kim no podía más de los celos que me daba verla. En un arranque tonto le quise sacar celos con Alejo e insinuarle que aún lo sigo viendo(aunque no sea así), y por más que sentí que sí funcionó, ahora estaba sentada almorzando con el amor de mi vida viendo cómo su actual pareja la acariciaba, y yo evitando atragantarme mientras me arrepiento de haber traído a Alejo.

Estaba tan molesta, todo me estaba saliendo mal, María José no tocaba el tema de La Chiva con Kim (que es para lo que vine) y Alejo no dejaba de ser impertinente con sus halagos hacia mí, me quería ir lo antes posible de ahí, así que ni bien Kim ofreció postre dije que Alejo y yo ya nos teníamos que ir, noté como María José me miraba, le incomodó saber que me iba con Alejo.

Nos alcanzó hasta la puerta del ascensor y pidió un momento para hablar a solas y yo, accedí (rara vez puedo negarme a algo que ella me pida), ni bien se cerraron las puertas del ascensor con Alejo en el, María José comenzó a hablar y de un momento a otro la comencé a besar.

Ella no se imagina lo mucho que disfruté ese beso y aunque ella no me
daba acceso del todo, el sentir su piel erizarse hizo que siguiera besándola, hasta que nos interrumpió Alejo, que estaba molesto (por obvias razones) pero a mí no me pudo importar menos porque ni bien se fue, me lancé a besar de nuevo a la rubia hermosa que tenía en frente, traté de darle lo mejor de mí, el mejor beso de su vida, quería que me deseara tanto como yo a ella en todos estos meses que no la tuve conmigo.

Sus labios y su cuerpo reaccionaron a mis besos, sus manos agarraban fuerte mi cuerpo y yo no podía evitar sonreír en medio de nuestros besos, hasta que sentí mi espalda chocar con el frío metal de la puerta del ascensor, me sostuve con mi mano del umbral, enredé mis piernas a sus caderas y sentí su erección mientras ella besaba mi cuello, acerqué mi boca a su oreja y le dije: "¿Quieres ir a mi habitación?, detuvo sus besos y me miró a los ojos, la puerta del ascensor comenzó a abrirse y tuvimos que alejarnos de ella rápidamente.

Unas personas entraron al piso mirándonos detenidamente, ella tomó mi mano y entramos al ascensor, ambas con las mejillas rojas y temblando pero seguras de lo que íbamos a hacer.

Majolina - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora