ANĐ SØ IS ŁØVE [V&Q]

Cαpı́tulo 19

Quackity estaba con Luzu cuando Vegetta volvió al área de recreo, todavía enfadado y su compañero de celda le lanzó una mirada desdeñosa cuando pasó por delante. Vegetta se sentó con Lolito y Mangel y se puso a jugar con ellos a las cartas. Su mirada se extravió a Quackity cuando echó un vistazo a la baraja que le había tocado.

Quackity se inclinó hacia Luzu y dijo algo que hizo al sujeto sonreír en respuesta. Los dos estaban sentados uno al lado del otro y Luzu asintió con la cabeza, con los ojos mirando hacia el suelo mientras Quackity hablaba. Cuando Vegetta miró, pareció que los labios de su compañero de celda rozaban el oído del otro hombre y descansaba su mano en el brazo desnudo, acariciándole con los dedos. Echó un vistazo a Vegetta, tenía sus apetecibles labios arqueados en una sonrisa satisfecha.

La mano de Vegetta se apretó en el apoyabrazos de su silla. ¿A qué mierda jugaba ese niño? Y más en concreto, ¿por qué le enfadaba con esa facilidad? Puta de mierda. Se levantó y lanzó sus cartas sobre la mesa, entonces anduvo con paso decisivo hacia Quackity y se inclinó, susurrándole al oído:

— Quiero hablar contigo. Ahora.

Dio la vuelta y se alejó sin esperar una respuesta. Abriendo el camino arriba a su celda, sintió los pasos de Quackity cerca, casi pegado a sus talones. Tan pronto como su compañero hubo entrado detrás de él, Vegetta lo agarró por el hombro y lo empujó de golpe contra la pared.

— Ramera de mierda, no me extraña que te violaran.

Vio el choque en la cara de Quackity un momento antes de que su compañero de celda lo golpeara. Vegetta se tambaleó atrás contra el lavabo agarrándose la mandíbula. Cuando fue para devolverle el golpe a Quackity, su compañero arremetió otra vez, esta vez un generoso puñetazo que hizo golpear su cabeza en el espejo. Con sangre como prueba, Vegetta empujó a Quackity hacia atrás contra las literas y levantó su puño. El menor bajó la cabeza y corrió hacia él, enganchándose alrededor de la cintura mientras chocaba contra su estómago. Los dos cayeron al suelo en una feroz lucha cuerpo a cuerpo.

— ¡Hijo de puta! —Quackity lanzó un grito, aporreando a Vegetta en las costillas con los puños mientras el mayor trataba de dominarle.

El cuerpo debajo de Vegetta provocó que se volviera loco con otra cosa aparte de cólera. Agarró a Quackity por las muñecas y lo besó.

Quackity se resistió, apartando la cabeza, pero gimiendo abiertamente mientras Vegetta atacaba su cuello con los labios. Su cuerpo retorciéndose debajo de Vegetta, medio enfrentándose, medio consintiendo.

La boca del mayor encontró su oído, mordiendo el lóbulo y sintió que Quackity se estremecía debajo de él, levantando un muslo entre sus piernas. Vegetta esperó un rodillazo en las pelotas, pero lo que consiguió fue que el chico masajeara deliberadamente su excitado miembro contra su muslo. Perdió el control. Dejó ir a Quackity y se deslizó hacia abajo sobre su cuerpo, levantándole la camiseta tanto como pudo para poder besar el torso de su compañero, arrastrando sus labios desde el pecho a su abdomen.

— Oh, mierda... Sí... —Quackity gimió, con las manos en su propio cinturón, abriéndolo como pudo con Vegetta sobre él.

— Puedo hacerlo, puedo hacerlo... —Vegetta le desabotonó los pantalones, sepultando su cara en la entrepierna de Quackity, articulando su excitado miembro a través del fino material de sus boxers.

— P-Por favor... —Quackity sonaba como que su deseo fuera casi doloroso. Agarró la cabeza de Vegetta, sacando su miembro a través de la apertura de sus boxers con su otra mano y el mayor se lo metió a la boca.

La excitada y ardiente carne en su boca hizo que su pene se moviera nerviosamente con la necesidad. Vegetta nunca en su vida habría imaginado que acabaría así en la cárcel. Una voz lanzó un grito dentro de su cabeza en pánico, diciéndole que parara, pero no lo hizo, solo se abrazó con sus manos a ambos lados de las caderas de Quackity y mamó a su compañero de celda con toda la lujuria que podía.