˗ˏˋ II ˎˊ˗

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Finalmente había llegado a su departamento, encontró sin problemas la dirección, estaba ahí completamente listo, todo era perfecto, él estaba súper guapo para ella, le llevaba un hermoso ramo de girasoles, era el momento, tocó el timbre, y esperó paciente detrás de la puerta, pronto se abrió lentamente, y rechinó un poco.

Ya quería verla... pero ¿Qué era esto?

Sintió una punzada en su corazón, como se apretaba, como respiraba cada vez más rápido y profundo.

No podía creer lo que veía, había abierto la puerta un hombre más alto que el, muy apuesto, con un bebé en brazos.

¿Qué había pasado? ¿Había llegado a la dirección incorrecta? ¿Tal vez se equivocó de número?

- ¿Le puedo ayudar en algo? – dijo, aquel señor desconocido, de manera muy amable.

-Ah, sí, estoy buscando a la señorita Homura ¿Sabe dónde vive?

Era muy probable que Osomatsu se haya equivocado, él no podría saber en donde vive alguien que no conoce porque...

- ¿Por qué buscas a mi esposa? – La voz de aquel tipo cambió drásticamente.

¿Esposa?... Esto debía ser un error, no se pudo haber tardado tanto, no pudo haberse olvidado de él tan fácil ¿Verdad? No pudo haber tirado todo tan rápido, su corazón empezó a latir, y sintió como las lágrimas lo amenazaban con salir, no pudo retenerlas mucho más, al ver a Homura asomarse por detrás de aquel hombre.

- ¿Jyushimatsu?

No, no había errores, era su voz, la misma voz que había anhelado escuchar tanto, los mismos ojos, su cabello, era ella.

No, esto no podía ser, no podía pasar, debía haber otra solución, debía ser... debía haber una equivocación, debía ser un error.

Todo se nubló a su alrededor, y no entendió que era lo que estaba pasando, no supo mucho más, hasta que se dio cuenta, y despertó, su pecho se hiperventilaba, estaba sudando, y algunas lágrimas habían humedecido el largo de sus mejillas.

Había sido un mal sueño, solo eso, un sueño horrible, nada de eso era verdad, nada de eso podía ser real, era un escenario poco realista, así que debía calmarse, le tomó un momento volver a controlar su respiración.

Era agotador, aguardar en silencio durante tanto tiempo sin ninguna señal que le indicara el camino, había sido demasiado duro de llevar.

Pero ahora, ya estaba a punto de terminar con esta tortura, y lo único que debía hacer ahora, era esperar.

Respiro, lenta y profundamente

Aunque...debía admitirlo, esperar nunca había sido su fuerte.

Siempre había tenido una necesidad de siempre estar haciendo algo, misma que lo obligó a voltear a su alrededor, y fijarse en como casi todos los pasajeros iban dormidos o trabajando, eran hombres y mujeres de trajes, con sus carpetas, otra gente con sus maletas, y alguna que otra joven pareja.

Era reconfortante el ambiente, el sonido de las vías del tren, también lo habían ayudado a calmarse.

Volvió su vista hacia la ventana, y la noche que empezaba a tomar el cielo, pronto empezaría a oscurecer.

Llegaría de noche a verla ¿Eso le molestaría? ¿Ya estaría durmiendo? ¿Y si no estaba en su casa?

O ¿Cómo llegaría a saludarla? "Hola ¿Cómo estás? ¿Hace mucho que vives aquí?" o "Solo pasaba por aquí y decidí venir a visitarte" ... No, definitivamente no podría decir eso, realmente lo único que quería, era ver que estaba bien, que fuera feliz, volver a hacerla reír, ¿Le seguiría gustando la broma del agua?

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⏰ Última actualización: Mar 17, 2023 ⏰

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