Esto es una completa y absoluta locura. El evento ha avanzado muy bien, juegos, comida, bebidas e incluso rifas para recaudar dinero para la fiesta de navidad en unas semanas.
–Hola Dios, soy yo de nuevo –Daniela suelta una risotada, la observo. – ¡No te rías Daniela!
– ¡Lo has hecho bien chiquita! –bufo y miro al frente. –Solo relaja tu mente y cuerpo y lograras saltar la baya, ¿Bien?
–Siento que caeré sobre esta y la partiré en dos.
–O ella te partirá a ti...
– ¡Daniela! –chillo y casi estoy al borde del llanto. –No me ayudes tanto –escuchamos una risita detrás de nosotras, volteo. – ¿Tú también Maky?
–Es divertido verte al borde del colapso –hago un gesto desesperado. –Tu podrás, has como dice Daniela y veras que lograras saltar.
Escuchamos el pito y comienzan a correr el primer par. Estamos en medio del evento de clases extracurriculares de gimnasia, se han formado dos equipos, los amarillos y purpuras, yo junto a mis amigas somos del amarillo junto a otros estudiantes y los demás son del equipo purpura. Hay un equipo de mujeres y hombres, los chicos están en los que son un poco más difíciles y nosotras en donde debemos utilizar nuestra flexibilidad –cosa que de verdad estoy nula–.
Hasta el momento el equipo purpura nos va ganando por dos, de nosotros depende que ganemos este y el próximo y así lograr empatar y vernos en el último juego. Independientemente de quien gane o pierda, todos tendremos nuestras notas gracias a que hemos participado. El primer par logra saltar, acomodan todo y una vez mas suena el pito, un par mas corre y logra saltar, uno del equipo purpura roza con la baya y no le dan puntaje, suspiro, porque eso nos da ventaja.
Daniela se esta acomodando para salir corriendo e impulsarse en el pequeño trampolín y saltar por encima de la baya. Este muy bien podría ser ese deporte donde debes sostenerte de una vara, pero dadas las circunstancia de que no somos expertos, nos toca un poco mas fácil. Pero ¿Cuál es mi temor? No tomar el suficiente impulso y chocar con la jodida baya que no ha sido mi amiga siendo honesta.
El pito suena una vez más, y Daniela comienza a correr con todas sus fuerzas, envidio su potencial en deportes y gimnasia, yo no sirvo para ninguno de los dos.
–Te toca, Margot –dice Maky detrás de mí, Julia está a tres chicas de nosotras esperando su turno. –Relaja tu mente y cuerpo, corre lo más rápido que puedas he impúlsate con fuerza y así lograras saltar la baya y caer sobre la colchoneta.
–Tengo miedo –digo con honestidad. – ¿Si no lo logro?
–Si no lo logras que mas da, solo supera tu miedo con la jodida baya y déjale saber que tu si puedes.
–Bien, lo hare.
–Alumna Bandith, colóquese en su posición –escuchamos gritos eufóricos y es porque Daniela lo logro, le miro desde mi lugar.
– ¡Tú puedes chiquita! ¡Tú puedes! –esbozo una sonrisa y asiento.
Acomodan la colchoneta gruesa y el pequeño trampolín, aprieto mis manos con mucha fuerza y me mentalizo de que si puedo, de que puedo lograr el salto y no rozar con la baya. Cierro mis ojos por unos segundos, me digo una y otra vez que lo lograre y cuando el pito suena dándome el aviso de salir corriendo, abro mis ojos y comienzo a correr. No es un distancia tan larga, pero si lo suficiente para tomar el impulso, siento que comienzo a bloquearme mentalmente, pero cuando espabilo alejo ese pensamiento y saltando sobre el trampolín, cojo el suficiente impulso y salto con fuerza sobre la baya.
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Conexiones.☆
Teen FictionLibro 1 - El hilo rojo. ¿Desde cuando podemos sentir una conexión con alguien ajeno a nuestra vida? ¿Quizás al tocar su mano? ¿Al sentir su cercanía? O simplemente ¿Al escuchar su voz? En esta ciudad llamada Hood River, un grupo de estudiantes come...