2. CAPÍTULO

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CAPÍTULO 2

CDMX, MÉXICO 8:00pm

-¿llegamos? -pregunto Kiera bajando del jet—¿por qué nos trajiste a México?

- algún problema -la mire.

-no, pero¿ por que México?

-aquí nací yo, haci que me pareció buena idea venir y van hacer unas pequeñas vacaciones -dije para dirigirme a los coches que nos esperaban .

-¿ donde nos vamos a quedar? -cuestionó kiera.

-en la casa que me dejó mi madre, vamos -les dije para que subieran al coche -pero antes les tengo que enseñar algo.

No me contestaron solo iban en silencio.

Mire por el retrovisor y vi como, Kiera miraba como niña pequeña el paisaje, pasamos así el viaje entre preguntas y respuestas .

—¿Aquí pasaste tu niñez?—pregunto kiera .

—si

—¿Ya casi llegamos ?

—si

—¿Cómo cuanto falta?

-aquí -les dije—bajate —solo ví fruncir su ceño —ya llegamos ,bajate—y enseguida lo relajo y se bajo.

-¿un mini piso  de madera y una hacienda? , impresionante -dijo Kiera con un tono de sarcarmo.

-deja tu sarcasmo, y no es un simple piso de madera , lo mejor viene cuando se abré.

-y, ¿que con eso? -preguntó Cesar.

-es un gusto volver a verlo -le dije al hombre que venía del interior de la cabaña.

-señorita Seren el gusto es mío -dijo dándome la mano en un saludo.

-ya sabe que hacer -le señale el piso de madera .

-claro -saco unas llaves .

-¿porque abren el mini piso ? -habló kiera.

-por esto -los señores sacaron unas maletas.

-¿ enterrastes maletas ?-habló Cesar.

-no sólo eso-me acerque a las maletas y las abrí -esto -en su interior habia demaciado dinero.

-¿por qué lo enterrastes? -preguntó kiera con cara sorprendida.

-ya se pueden retirar -le dije al señor y sus hombres.

-Claro y buenas noches -se marcharon dejándonos solos.

-así se va una parte de mi  dinero. —señale a, Kiera.

-¿por qué? -preguntó Cesar.

-por qué quiero y puedo -le dije mirándolo a los ojos.

-¿y solo esto nos querías enseñar? -dijo Kiera.

-no, esto también -me agache para estar a la altura del piso, puse una contraseña y el piso se abrió, bueno una puerta.

-¿que mierda? -kiera estaba más que sorprendida.

-bajen -les dije señalando unas escaleras.

Bajamos puedo apostar que sus caras eran de asombro, pues quien no iba estar asombrado si ven cincuenta toneladas de oro.

-¡por dios! -exclamó muy sorprendida kiera.

-¿por qué tanto oro? -preguntó Cesar.

-es como una reserva de la mafia.

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