Simplemente él.

Primer día de insti.

Suena el despertador, marca las 8 proyectado en el techo.
Escucho los pasos de mi madre que conducen hasta mi habitación para darme los buenos días.

-Buenos días cariño, ¿qué tal has dormido?
-Bueno, bien, excepto por los nervios.-dije con voz tímida.
-Cielo, tienes que estar relajada, verás como todo va bien. Va, ves a ducharte y a prepararte las cosas.-dijo giñándome un ojo-.

Me levanté de la cama y me dirigí hacia el baño para poder ducharme. Cuando acabé de ducharme, me fui a mi habitación para vestirme y así estar lista para el día de hoy.
De repente, mi móvil sonó, era mi mejor amiga Alexia que me comunicaba que le debía pasar a buscar para irnos juntas al insti.
Hace dos años llegué a la nueva escuela a la cual actualmente voy, pero la llegada no fue muy agradable ya que todos los alumnos ya tenían sus grupos de amistad hechos y yo me sentía un poco sola y incómoda, pero resulta que conocí a una chica de la misma edad que yo y a la cual iría a mi misma clase, ésta se llamaba Katherine y me resultó muy simpática y agradable.
Durante los primeros días siempre permanecíamos juntas, hasta que ella empezó a conocer otra gente y yo por fín encontré a quien hoy es mi mejor amiga desde hace 4 años. Empezamos a hablar y descubrimos que viviamos enfrente la una de la otra, por lo tanto nos veíamos a menudo.
-Nel, ¿vienes ya?-dijo Alexia por un mensaje de voz-.
-Sí, lo siento, no me he dado cuenta de la hora.-respondí-.
Me dirigí a casa de Alexia y nos fuimos al instituto, hoy empezábamos 1º de ESO, y estábamos muy ilusionadas.
Al llegar, todos los compañeros nos saludamos y hablamos de como nos había ido el verano. Mi nuevo tutor, Esteban, nos comunicó a que grupo de aulas debíamos ir:
-Nel, instrumental A. Alexia, también instrumental A.
-Bieeeeeeeeeen!-dijimos Alexia y yo a coro-.
Bueno, en este curso iríamos juntas a la misma clase, que suerte, ya me sentía mejor.
Empezamos a entrar en las clases que nos pertenecían y nos sentamos juntas en la segunda fila de delante de la pizarra. Detrás teníamos a unos chicos llamados Jake y Daniel, nos parecían muy majos y muy agradables.
Dio comienzo la primer hora de la mañana, y ya los nervios abandonaron mi estómago.
El reloj dio la 1:30, hora de irnos a casa a comer, pero al salir, Alexia y yo, tuvimos una breve conversación sobre el nuevo día:
-Alexia, ¿te puedo decir una cosa?-dije con voz susurrada-.
-Claro, ¿qué pasa?.
-Pues que los chicos de detrás parecen muy majos, ¿no crees? Podríamos quedar alguna vez con ellos.
-Sí, ¿por qué no? Nos vendría bien tener nuevas amistades y eso.
-asentí con la cabeza y nos fuimos hacia casa para comer-.
A las 3 del mediodía debíamos volver a las clases, hasta las 5. Esas dos horas fueron bastante normales: explicaciones, deberes, y más explicaciones.
Al salir, Jake me miró a los ojos y sonrió, yo también le devolví la sonrisa.
Jake, un chico unos centímetros más alto que yo, pelo moreno y un poco rizado, ojos miel y muy brillantes, 13 años de edad y de cuerpo delgado.
Daniel, un chico de 13 años también, más alto que yo, color de pelo moreno, ojos marrones, y de cuerpo normal, ni muy delgado ni muy grueso.
Todos los meses hasta noviembre pasaron muy rápido. El último día de insti fue impresionante porque creamos un grupo de amigos llamado D.O.F (Diamonds On Fire/Diamantes en llamas), formado por: Jake, Daniel, Alexia, Ricardo, Marta y yo.
Ricardo es un chico bastante gracioso, se puede inventar un chiste en cero coma, y no le cuesta nada, yo me río muchísimo con él, nos tratamos como hermanos. Tiene los ojos azules, tiene gafas, es alto y tiene el pelo castaño claro.
Marta, una chica alta con el pelo castaño y los ojos marrones, ella siempre está en su línea con el maquillaje y sus cosas, es majísima también. En este grupo todos tenemos algo en especial, somos nosotros mismos.