Capitulo 34 Con vision a un nuevo horizonte

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Las palabras aun no brotaban de los labios de Diana, permanecía enmudecida observando esa sortija que se reflejaba en sus ojos, tenía una pequeña piedra en el centro, un diamante, el rostro de Julián esbozaba una sonrisa entre lágrimas al distinguir el silencio de ella.

— Diana apretó los labios antes de decir - Lo siento Julián, pero no puedo aceptarlo – esas palabras cayeron como un balde de agua con hielo sobre el cuerpo de Julián, ella solo bajo la mirada y se fue de su lado, dejándolo como estaba, ahí hincado con la cajita con la sortija entre sus manos.

Él ya no hizo más por convencerla, le dolió mucho ese gesto por parte de Diana, Julián en verdad estaba arrepentido por sus errores, pero desconocía que intentar amedrentar a Diana proponiéndole matrimonio, no sería suficiente, de nuevo unas lágrimas circularon sobre sus mejillas.

Decidió ponerse de pie y mantenerse ahí, por unos segundos, luego de eso, cerro sus ojos e intentó controlar la furia que sentía consigo mismo, pero no pudo, se descontrolo, empuñando ambas manos corrió hasta la mesa donde tenía todo perfectamente organizado para una romántica cena, con sus puños la golpeo con fuerza, que del impacto los platos se levantaron por los aires cayendo al suelo.

Eso no fue lo único que se hizo añicos, también las copas de cristal y después de unos segundos más, todo estaba por doquier, Julián parecía enloquecido que incluso el mesero que aguardaba por él, decidió irse y dejarlo ahí solo con su furia.

Diana por su parte se mantenía ajena a lo que su antiguo novio estaba haciendo en la azotea, ella ya estaba cómodamente en su cama, tumbada de espaldas, mirando con fijeza el gran oso de felpa que tenía en una de las esquinas de su habitación, las lágrimas recorrían sus mejillas, sabía que había actuado con crueldad ante Julián, pero también sabía que no podía perdonarlo así tan fácil, no por seguir sintiendo rencor, más bien, porque aún no se sentía segura de sí podía volver a confiar en él.

Sin duda Julián, necesitaba algo más que una simple propuesta de matrimonio, para volverse a ganar el amor y la confianza de Diana.

— ¡Diana! – entró su madre de improviso a la habitación y ella de inmediato se incorporó, secándose las lágrimas con el dorso de su mano.

— ¿Qué ocurre mamá? – cuestiono Diana con desconcierto, mientras Jennifer se sentaba a un lado suyo sobre la cama.

— Diana hija, me tienes muy angustiada, aunque quieras seguirme ocultando que has discutido con tu novio, es imposible seguirlo haciendo, soy mucho mayor que tu Diana y he vivido muchas cosas, malas y buenas y por esa experiencia, sé que tú ahora sufres, quisiera que confiaras en mí y me dijeras ¿Qué sucede? – lo que dijo Jennifer hizo que Diana en sus adentros, se percatara de que ellas a pesar de ser familia, nunca antes tuvieran confianza mutua, porque su madre también le había ocultado que ella no era hija del mismo padre de su hermana menor.

— No tengo nada mamá, son suposiciones tuyas.

— ¿así? Suposiciones mías, ¿entonces por qué rechazaste la cena que tu novio te había preparado? ¿eh?

— ¿tú lo sabías?

— Él vino desde temprano a armar su teatro allá en la azotea, me pidió permiso de colocar ese anuncio en la puerta, y me explico el plan.

— ¿te dijo que me propondría matrimonio? – Jennifer asentó con la mirada.

— ¿Por qué no aceptaste Diana?, que es lo que él hizo para que tu sientas rencor, dímelo hija – insistió.

— Me avergüenza decirlo mamá, pero tú tenías razón, Julián, me engaño con alguien más, vi unas fotos y videos, en donde se besaba con otra mujer y le decía que yo no me enteraría, ¿te das cuenta mamá?, él pretendía salir con alguien más a mi espalda, verme la cara, burlarse de mí, mientras me reclamaba porque según yo tenía algo que ver con el señor Williams, cuando eso no es cierto en lo más mínimo – alego Diana.

Deseo y sacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora