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Ulises D'Amico

Lunes

Iniciamos el día con mi alarma como siempre sonando.

Me puse de pie y fui a darme una ducha corta.

Me coloque la ropa para ir a trabajar.

Me mire unas tres veces en el espejo asegurandome que todo estuviera en su lugar.

Acomode mi cama para salir.

Normalmente no desayuno y hoy no es la excepción.

Tome las llaves de mi auto y sali rombo a mi empresa.

Mi celular como todas las mañana se la pasaba vibrando.

Con Mario había sacado otro celular que seria el personal para poder atender a mi familia si era necesario.

Una media hora más tarde llegue a la empresa.

La primera persona que vi fue ella.

Tenía un pantalon ancho azul royal con una camisa blanca.

Ella iba agarrada de Ashley y Claudia.

-Al parecer viven juntas ahora- di un leve salto al escuchar a Mario

-Tú americano- me paso un vaso de café

-Gracias- tome un sorbo mientras la miraba de lejos

-Al menos ya hizo amiga- sonreí

-¿No lucharas por ella?-

-Sabes que no quiero casarme, pero necesito dinero-

-Cierto-

Caminamos hacía mi elevador pasando por detrás de ella.

Su olor era lo más que amaba.

-Buenos días señoritas- Mario las saludo

-Hola- Claudia respondió un poco más coqueta

Mi mirada fue hacía ella, pero me ignoro por completo.

Mi elevador se abrió primero por lo que desaparecí de su lado rápidamente.

-Ni te miro- levante mis hombros

-No me importa-

Mentía, claramente si me importaba todo lo que ella hacía.

Al llegar a mi oficina me encontre con Crystal recostada de la puerta.

-Crystal-

-Necesitamos hablar- asentí para que ella pasara

-Que nadie nos interrumpa- Mario asintió

-¿Qué ocurre?-

Ella se sentó en el sofá y yo a su lado dejando una distancia

-Averigue lo de la deuda y no hay forma- sus ojos se llenaron de lagrimas

-Tranquila- no sabía que hacer

Me acerque a ella y la abrece.

Era el primer abrazo sincero entre los dos.

-Yo te puedo dar parte del dinero si quieres- negué

-Después terminaría debiendote a ti- pase mi pulgar por sus mejillas

-¿Qué haremos?-

-Buscare la forma de tener la parte que me falta-

-¿Si no lo logras?-

-Pues seguiremos con el plan B- ella asintió no tan segura

-Mi padre no es tan tonto- susurro nerviosa

Romanov | Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora