Regresé, con un cigarrillo en la mano y con el café más amargo que una persona deprimida y con insomnio podría tomar.
Regresé y no espero quedarme, buscando conversar con alguien, buscando empatía y quien mejor que yo, para escucharme y desahogarme.
No vine a quejarme, no vine a contar mi historia, estoy acá por que lo necesito, por que me hacía falta, por que encontrar sentido a la vida me es difícil, y darle vida a lo que escribo es reconfortante y jodeeeeeeer, me hacía mucha falta.
Se me acaba el cigarrillo y prendo otro.- Que rápido se evapora, cómo las horas que paso pensando, pensando en que podría hacer para mejorarlo y sin embargo hacer nada, todo sigue igual y hago nada.
Busco respuestas y cuando lo encuentro se abre otra interrogante, que fácil es cuestionarse y que difícil es responderse.
Los grandes escritores terminan locos, yo aún tengo algo de cordura.
No habrá segunda parte, no habrá segundas oportunidades, no existe un después, la vida es una, verdad?
Tal vez al terminar logre dormir tranquilo, no es un final feliz, pero al menos estaré tranquilo.
La auto motivación ayuda, sin embargo no me es suficiente.
Perdí esa chispa de aliento, aliento que te llevaste con tu partida, no volverás y tuve que aceptarlo, aún me duele, me duele el pecho, estoy nervioso y ansioso.
Estoy embriagado de tristeza...
La muerte no necesariamente es cuando dejas de respirar, estoy muerto en vida. Alejo a todos para no ser una carga y sin embargo siento que lo soy.
Mi hermano siempre está conmigo, y no soy considerado, no soy malo pero siento que lo soy, tampoco soy bueno, soy humano.
