Parte 1

123 7 3
                                    

. . .

Gingka podía sentir sus pies ardiendo sobre el suelo caliente. Era tan claro que al sol le habían bastado pocas horas para hacer arder la superficie en la que ahora estaba parado esperando.

En un principio, creyó que no era un problema que nadie hubiera llegado tan temprano como él. Se había acostumbrado a aquello que lo caracterizaba tanto; llegar excesivamente temprano a todos lados, en todo momento. Era claro que si no había nadie de el antigüo equipo llamado Gan Gan Galaxy, era porque él había sido demasiado puntual a la hora del encuentro.

Sin embargo, eso había sido una buena justificativa por un momento, no cuando ya habían pasado veinte minutos y absolutamente nadie del equipo estaba ahí.

Se puso a considerar lo extraño que iba a ser recordar todo el proceso de el torneo mundial, mientras pensaba en lo que propuso de forma gratuita la WBBA para cada equipo como agradecimiento por salvar el mundo y como paga por sus esfuerzos, además de una disculpa por lo tormentoso e injusto que había sido dicho torneo para todos tras lo de la Academia HD.

Precisamente, Hagane estaba ahí parado porque la WBBA le regaló viajes vacacionales a cada ex-participante de el torneo mundial en división por equipos, sin costo alguno, claro está, y todavía nadie más que haya estado en el equipo Gan Gan Galaxy se había presentado en el punto de encuentro de la estación.

Dentro de poco llegaría el autobús que los llevaría por horas y horas en un viaje prácticamente eterno hasta su destino, y no divisaba a nadie, ni siquiera a la distancia, de el grupo al que esperaba.

No estaba Madoka, en quien podía percibir un alto nivel de responsabilidad y por lo tanto, por lo menos ella sería puntual también, ¿tal vez tendría que juntar demasiadas cosas en sus maletas? ella no se perdería un viaje vacacional por nada del mundo, eso era un hecho para él y todos en el equipo. No estaba Tsubasa tampoco, aunque era evidente que él llegaría junto a Madoka si es que aparecía alguno de los dos, y aparecerían juntos. Menos aún pudo encontrarse a horario con Yu o con Masamune.

Se habia pasado los minutos recordando el torneo mundial, nuevamente. Después de todo, volvería a estar con su viejo equipo, de una forma en la que no habían estado hace ya dos años, un momento tan esencial en su proceso de adolescencia y en su vida misma. Fue la primera vez en que todos estaban convencidos de que Gingka había salvado al mundo, cuando él estaba seguro de que no lo hizo solo, y se que no fue por mérito propio.

También había conocido a tantos Bladers profesionales, algunos unos años más mayores y de países y continentes tan variados. Tuvo la maravillosa oportunidad de combatir con ellos, hacer nuevos rivales, conocer a Bladers admirables y claramente superiores a él —como pensó que sería en el caso de Da Xiang— y finalmente, enfrentar a quien estaba afrontando ahora físiciamente; Kyoya.

Ese era Kyoya.

Se quedó aproximadamente treinta segundos procesando la información, justo antes de terminar de reconocer a la persona a la que tenía a tan pocos metros en la estación y que ahora lo miraba con un rostro extrañado.

Oh.

—¿Kyoya? —se acercó unos pasos, tratando de entender si aquello era tan sólo un sueño o realmente estaba frente a Tategami, en la estación donde él no debía estar en ese instante.

—¿Gingka? —lo miró completamente extrañado. Hagane pudo comparar notoriamente su tono confundido, y percibir que no estaba demostrando el mismo nivel de entusiasmo que a él le generaba encontrarse otra vez.

—¿Qué... qué haces aquí, ahora? —quiso cuestionar, pero Kyoya ya estaba mirando su teléfono. No sabía si esperar respuesta o no, él no parecía atento a la charla.

latente  ✶  tateginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora