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El pequeño Jackson Wang iba muy callado, y eso era demasiado raro, siendo él un niño lleno de energías, que siempre suele cantar y bailar al ritmo de las canciones que sonaban el auto de su papá Zhan, quien justo lo le lanzaba pequeñas miradas antes lo pensativo que se miraba su pequeño de ocho años. 

Decidió preguntar cuando su pequeño comenzó a frotar las yemas de sus dedos de la mano derecha, una costumbre que no tiene la mínima idea de donde adquirió, pero que sabe que es una maña que suele sobresalir cuando algo le inquieta y no sabe de qué manera preguntar o solucionarlo.

—¿Te gustaría contarle a papá lo que tanto te tiene pensando, hijo?

Fue ignorado, su hijo parece no haber escuchado su pregunta y eso solo significaba una cosa; las cosas realmente estaban complicadas.

Xiao Zhan siguió su recorrido hasta llegar al restaurante favorito de su hijo, sabía que si lo llevaba a Burgen King, su hijo soltaría la sopa sin darse cuenta. Cuando estaciono su coche logró ver cómo su hijo parecía salir de su ensoñación, una chispa aprecio en sus pequeños ojos al ver el local al que habían llegado.

—¡¿Vamos a comer a Burger King, papi?!— preguntó con una enorme sonrisa que le contagió.

Xiao Zhan suavizó su rostro mientras le asentía.

—Recuerda, cuando bajes del auto tienes que esperar que yo esté a tu lado para poder cruzar justos, ¿de acuerdo?

—Si, papi—. Respondió Jackson mientras intentaba bajar del asiento de la camioneta.

Tal como Xiao Zhan se lo pidió, se quedó a un costado de la camioneta, esperando sentir la mano de su papá sobre la suya. Una vez dentro del local, los dos se dirigieron al mostrador, donde una muchacha tomó su orden que consistía en un combo Whooper, eran hamburguesas enormes y deliciosas. Normalmente, Zhan le daba a su hijo el combo "junior", pero hoy hizo una pequeña excepción al ver el estado de ánimo de su hijo. Ya con el pedido en mano se fueron a una mesa algo apartada del bullicio.

Los dos comían animadamente, Jackson sin duda tuvo un cambio de actitud después de comer su enorme hamburguesa. Ya notando el obvio cambio, Xiao Zhan tanteo terreno haciendo preguntas vagas.

—¿Qué hiciste hoy en la escuela, cariño?

—Mm... Hoy jugué con mi amigo Mark, pinte con las manos, hice un muñeco de plastilina—. Enumero con sus dedos que eran la prueba viviente de lo anterior contado.

—Ya veo, al parecer te divertiste mucho hoy—. Dijo mientras recogía con una servilleta las migas de la mesa.

—¡Si!... pero.

Bingo.

—¿Pero?— Lo incentivó a seguir.

—El próximo martes hay una exposición...

—¿Estás nervioso por eso?

—No... es que todavía no sé por dónde comenzar mi investigación.

—¿Cuál es el tema que expondrás?

—Es un secreto, papá.

—¡Oh, ya veo! Pero, cariño, si no me dices el tema no te puedo ayudar.

—Es que quiero que sea una sorpresa—. Refuto.

—¿Una sorpresa?

—¡Si! Porque papá y tú tienen que ir a ver mi exposición. Todos los papás de mis compañeros tienen que ir—. El entusiasmo en la voz del pequeño se notaba a distancias.

—No te preocupes, cariño, tu papá y yo no nos perdemos para nada tu primera exposición— Inclinándose un poco desde el otro extremo de la mesa le susurro—. Sobre lo otro, no te angusties hijo, a veces las cosas tardan en llegar y hay cosas tan frustrantes que simplemente nos hacer querer parar de hacerlas, pero no te rindas, sabes que tu papá y yo siempre estamos aquí para apoyarte en cualquier cosa, ¿sí?

The Love is... - (YIZHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora