Sólo tú y nada más(encantó)

Capitulo 14 Mirabel

Al final todo lo ocurrido en la casa Madrigal había dejado la duda sembrada en todos los involucrados.

Mirabel lo sabía, podía escuchar los murmullos para nada indiscretos de Dolores sobre lo que había sucedido; no era normal lo que Denise proponía, era en extremo extraño que alguien externo a la familia pudiera tener la oportunidad, pero la mayoría veían todo como una casualidad increíble. ¿De verdad era posible siquiera?

Mirabel observó a la figura de Isabela pasar hacía la cocina en cuanto la extranjera hubo dejado la casa, su vestido bailaba por el viento y su cabello iba muy arreglado para poder irse a dormir, ella era una de las que más dudaban, ponían sus miedos infundados en lo que la rubia decía sin detenerse a darle una oportunidad a sus palabras, en la cocina también estaba Luisa y su madre, su tía Pepa ya estaba yendo a acostar a Antonio por lo tarde que era, Félix intentaba convencer a Camilo de dejar de molestar a Dolores con sus poderes de cambia formas. Mirabel la siguió.

Ya los platos estaban limpios por lo que Julieta solo estaba ordenándolos en sus sitios mientras Isabela se recostaba en uno de los gabinetes, Luisa solo miraba a Agustín cuidando que no se hiciera daño por su torpeza. Isabela no se veía contenta, Mirabel tampoco podía decir que era su persona favorita, pero esa mirada de fastidio que le dirigía era el colmo.

Suspiró exhausta.

—¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? —preguntó ignorando la mirada molesta de su madre, no era el momento de iniciar una pelea por lo que respiró profundo antes de terminar diciendo algo peor.

—¿Estás segura de que todo esto no es una broma? No estoy de humor para ridiculeces, hermanita —el apodo no sonaba tan dulce como debería, era más una manera de aparentar todo lo que quería decirle. Julieta se aclaró la garganta esperando que eso le calmara, Isabela rodó los ojos con rabia y Mirabel quiso saltarle encima por lo que sea que estuviera pensando. ¿Valía la pena el regaño que tendría después? Todavía lo estaba evaluando.

—¿Qué estas insinuando?

—Oh, no sé, me parece muy extraño que de todas las personas en este pueblo justo sea tu mejor amiga la que tenga esa "visión" extraña de una puerta para ella. Es curioso, Denise no tiene mucho en el pueblo, pero desde que se junta contigo se ha sabido ganar el cariño de todos. ¿Qué? ¿Esperabas que con la noticia todos corriéramos a aceptarla en la familia como una prima perdida? ¿Quieres que a la abuela le dé un infarto? Oh, claro que sí, solo sabes molestarla.

Las palabras murieron en la boca de la acusada, Isabela estaba cruzando los límites de maneras peligrosas, si su mamá no estuviera ahí ya estarían peleando. Mirabel entornó los ojos, no debía ceder a lo que ella quería, no tenía que despertar a la abuela y a Antonio y por nada en el mundo tenía que hacer algo que le diera la razón. Se acercó a la mesa antes de cometer una locura, Julieta tenía una taza cafetera en las manos y no dejaba de prestarles atención por ningún motivo. Luisa y Agustín se notaban incomodos, pero no se irían por si debían parar algo. Mirabel suspiró.

—Para tu desgracia, querida hermana, no estoy tramando nada. Estoy tan sorprendida como ustedes, yo era la que menos lo esperaba— dijo implorándole a quién fuera que le diera paciencia para soportar a la fastidiosa de Isabela, si la atacaba la abuela se molestaría mucho más por perturbar a "La flor de la familia". Su hermana bufó insatisfecha con su explicación.

—¿De verdad esperas que crea eso?

—¿Y por qué no? ¿Qué tiene de irreal? Denise es una buena chica, sé que no le haría daño a nadie si así fuera.

—Tal vez porque todo esto solo la beneficia a ella.

—¿Qué quieres decir?

—Oh, ¿No lo pensaste antes de proponérselo? —Isabela sonrió como si estuviera feliz de que Mirabel fuera tan descuidada con ese plan inexistente—. Es sencillo, si por casualidad todo esto de la puerta y el don de Denise resulta ser cierto todo se vería muy mal para ti—Julieta volvió aclararse la garganta presintiendo que todo se estaba tornando muy personal—. Porque, vamos, ¿Qué tiene Denise, una extraña de otro lugar, que ni siquiera es nuestra familia que la hace merecedora de un don? ¿Por qué una desconocida puede tener poderes y tú, alguien de la familia principal, no puedes? ¿Eso la vuelve más una Madrigal de lo que tú nunca has sido?