El dragón custodio

3

—Príncipe, ya veo— Chuuya traga saliva, le duele tanto el cuerpo, ya no está acostumbrado a la fragilidad del humano —¿Puedes llevarme con mi hermana?—

Chuuya entonces cae al suelo, pues sus rodillas ceden, gracias a la capa puede tomar la daga relativamente en secreto.

Mira a ambos hombres en espera de una respuesta, pero entonces escucha una voz.

—¡Chuuya!— Ve a su hermana, una mujer de cabello negro la carga en su espalda.

Chuuya la mira y su rostro se ilumina como aquel que recibe las mejores noticias de su vida.

—¡He...na!— Grita aunque aún no puede pronunciar bien—¡Her...na! ¡Est... des...rta!— Los ojos de Chuuya se llenan de lágrimas de felicidad.

“Hermana”, “Hermana”, “Estás despierta”sería lo correcto.

Además como fue una mujer quien llegó a ella espera que Kouyou no haya sufrido, ella es una mujer, ella debe entender el dolor que traería ser abusada.

La mujer de cabello negro se acerca a Chuuya y baja a Kouyou.

La princesa también tiene las piernas temblorosas, pero tiene la suficiente fuerza para llegar hasta Chuuya y abrazarlo.

Chuuya corresponde cerrando los ojos y apoyando la cabeza en el pecho de Kouyou, llora, está tan feliz ahora mismo.

Tiene de regreso a su hermana.

—Chuuya, no llores, no pasa nada, estoy aquí — Ella lo consuela como si todavía se tratara de ese niño que 12 años que dejó atrás.

—¿Es... b... en?— pregunta Chuuya, es gracioso, pues se trata de Chuuya quien sangra por heridas. "¿Estás bien?” Chuuya se siente tan tonto por no poder hablar bien.

Su hermana habla con normalidad ¿Se debe a que se acostumbró a gruñir como único método de comunicación?

—Ella no me lastimó, es una doctora y solo me dio medicina — Le responde —¿Y tú? ¿Te han hecho daño? Dímelo y los decapitaré yo misma—

Chuuya niega con la cabeza, se encargará cuando Kouyou se vaya, así no la preocupara.

—No— Al menos puede decir palabras cortas.

—¿Me lo juras?—

—Si —

Kouyou entonces lo suelta y se mira las manos, están manchadas de sangre.

Mira a ambos hombres con furia tal que asustaría al propio diablo.

—¿Ustedes le hicieron esto? — Dice, de gira y se levanta con dificultad —Denme una razón para no matarlos—

—Él nos atacó primero, fue defensa propia — Responde Kunikida con seriedad, no quiere incidentes internacionales.

Chuuya jala la tela del vestido de Kouyou para llamar la atención, ella lo mira y Chuuya escribe en el suelo con su sangre.

“Estoy bien, no pelees, por favor”

Kouyou mira a Chuuya y luego a Yosano.

—¿Puedes ayudarlo?— Pregunta.

Yosano asiente y camina hacia Chuuya.

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Chuuya mira su cuerpo vendado, lo cargaron hasta una habitación, Yosano le trato sus heridas y ahora se supone que lo dejaran descansar hasta mañana donde llevarán a Kouyou y a Chuuya a su casa nuevamente.