Lan Jingyi, de nacimiento Lan Huang, tenía 13 años cuando decidió abandonar la secta Lan. Su padre habia muerto cuando tenia 5 años. Su madre cuando tenia 8. Su abuela hace un año. Era huérfano y no tenía quien abogara por él, salvo el primo de su padre, Lan Xichen quien siempre le decía que era su heredero natural. Pero el líder Lan siempre estaba ocupado, y el viejo maestro Qiren era cruel con él. Siempre lo castigaba, Porque se reía mucho o sonreía mucho o era muy ruidoso, muy inquieto como el tal Wei Wuxian o porque era muy testarudo como el segundo jade. Lo cierto es que si, rompía muchas reglas, ¡Pero eran reglas estúpidas! No te rías sin razón, no sonrías demasiado, no corras, no esto, no aquello. Como siempre era castigado, los otros niños no querían juntarse con él porque era una peste, palabras del viejo Lan Qiren.
La muerte de su abuela habia sido el golpe final para su espíritu ya bastante entristecido. Tenía un núcleo fuerte para su edad, una espada que sabia volar bastante bien y un gugin que aun debía dominar. Era suficiente. Tomó una ficha de jade y se largó en medio de la noche con un poco de ropa y panecillos.
Se dio cuenta que calculó mal sus necesidades cuando ya habia pasado mucho desde las fronteras de la secta. Los panecillos se habían acabado y tenia hambre y sed. Habia volado mucho y muy rápido, estaba cansado y no tenia un sitio seguro para descansar, Ni siquiera sabia donde estaba y si descendía, podría encontrarse con demonios devora núcleos, no quería eso.
Pero cuando su nucleó se agotó, no le quedó otra que descender casi cayéndose de la espada y raspándose entre las ramas de los árboles. En algunas horas se haría de noche y estaba en medio de la nada, puro bosque hacia donde alcanzara la vista, por un lado, bambú tan cerrado que era impenetrable, por otro lado, árboles y árboles.
- "Bien Jingyi, la hiciste bien esta vez, tu culpa."- Se dijo a si mismo para escuchar al menos una voz amiga en la soledad.
Se apoyó contra un árbol y se quedó dormido casi al instante.
Lo despertó una corriente de aire gélido a su alrededor y el silbido del viento al pasar entre el bambú, era el anochecer o el amanecer, no podía saber. Pero algo más allá del viento frio le hizo poner la piel de gallina. El descanso le habia servido, pero aun su núcleo no estaba recuperado del todo. Aun no era seguro volver a volar.
Aun así, tomó su espada y se puso en posición defensiva con el árbol cubriendo su espalda, tratando de descubrir qué era lo que lo tenía tan inquieto.
Sintió pasar la sombra negra frente a él y escuchó la espeluznante risa. Un demonio devora núcleo, o dos.
Aun con la escasa luz del día pudo ver que quizás estaba rodeado y empezó a temblar, aquí se acababa su aventura, estaba muerto.
Los demonios se reunieron ante él, sin temor a la amenaza de su espada, regodeándose por el núcleo que comerían. Lan Jingyi cerró los ojos a su pesar, esperando el golpe y el dolor. Pero en vez de eso, una nota estridente de un disi paralizó todo a su alrededor y a continuación, un talismán golpeó su pecho. Tenia olor a sangre y lo hizo abrir los ojos. Los demonios olfatearon el talismán sobre su pecho y se fueron sin más. Jingyi toco el talismán y una voz suave cerca de él advirtió: -"No lo toques, arruinaras mi trabajo."-
Jingyi miró hacia la voz y vio dos hombres delgados y altos acercándose a él.
Uno de los hombres le era familiar. Se parecía mucho al líder de su secta, aunque tenía la expresión mas dura, los ojos mas claros y peligrosos. No vestía como un Lan. Su ropa era azul oscura, pero tenia una cinta Lan en su frente, con el sello de la familia principal. Sin embargo, aunque recordaba haberlo visto alguna vez, debía ser hace mucho tiempo, de seguro hace años. Incluso se sintió confundido por un instante. Recordaba al hombre, un hombre de una gran belleza y un andar suave y perfecto, como si se deslizara por el aire. Como no recordaba bien el rostro de su propio padre, la imagen se mezclaba y a veces, habia creído que ese hombre habia sido su padre muerto. ¿O lo era? Jingyi se quedó petrificado mirando al hombre que se acercaba. La voz del otro hombre intentó sacarlo de su parálisis sin resultado: -"Eres un niño Lan, estas muy lejos de casa:"-
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La Rebelión de los Túmulos Funerarios
FanficCuando se produce el primer asedio a los túmulos funerarios para matar al patriarca Yiling, algo sale terriblemente mal para todos. Mucha gente muere en ambos bandos, sin embargo entre tanto dolor, Wei Ying no solo sobrevive, sino que también descub...