Extra [+18]

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—¿Para qué necesitas?

Cuando la Tomioka se detuvo frente a la puerta del establecimiento, con un pequeño empujón el joven la hace entrar.

—¿Con lubricante entra más fácil?

—¿Qué cosa? ¿Cómo así?

—Buenas tardes.

—Buenas tardes.

Casi ignorando la duda de su acompañante, el joven de ojos violáceos saludó al encargado.

—¿Tiene condones?

Pudo ver como el joven que los atendió mira de inmediato hacia la chica de ojos azules. Cuando vuelve a verlo, para darle la respuesta, el Kocho le brinda una sonrisa de superioridad.

—Tenemos... algunos.

Ganándose obviamente el rencor del encargado.

La Tomioka, aunque tenía grandes dudas del por qué llevarían condones, se distrajo viendo los estantes.

—Véndame también un lubricante.

Nota: Era la primera vez del Kocho comprando condones y lubricante.

—¿Puede decirme su talla?

La de ojos azules pudo ver como su acompañante se acercaba al encargado y le susurraba algo.

El encargado no tuvo reacción, solo asintió y le entregó lo que pedía.

Se hizo la tonta y siguió viendo los estantes.

¿Los condones no se usan con una pareja? Él no tiene novia. ¿Pensará ir a algún burdel? Pero, dijo que iría a mi casa...

Ella no recordaba ningún sitio con esa clase de servicios, además que estaban prohibidos.

—Muchas gracias.

—Gracias y no vuelva.

Ella tuvo que voltear a ver con una cara extraña al encargado. Era la primera vez que oía a un comerciante decirle eso a un comensal.

Pero continuaron su viaje a casa.

[ · · · ]

—¿A qué hora llega tu hermano?

Dejando su mochila en la cama de la joven, él pregunta.

—Trabajará hasta tarde. Quizá en tres o cuatro horas más.

La Tomioka se quitó el abrigo que usaba y lo dejó en el armario.

—¿Por qué?

Cuando volteó a verle, pudo notar su cara roja y sus labios apretados.

—P-, Por nada...

—Estás rojo.

—¡Para nada!

Él se puso de pie, caminando a paso firme hacia ella.

—Eres muy alta, joder.

—¿Eh?

Cuando sintió que la empezó a tirar de la mano, dejó que la llevara hasta la cama y se sentó.

Él quedó frente a ella, respirando para intentar calmarse, o algo así.

—¿Para qué vinimos a casa?

Pudo notar la sonrisa sardónica del joven.

—Ya dirás que no te lo hueles.

—No alcanzo.

—Lo que va a pasar. ¿Qué pensaste...? —dijo, pero luego negó con la cabeza—. No importa, de aquí en adelante voy liderar yo.

—¿Liderar?

Sintiendo que él se acercaba más a ella, Tomioka se empieza a hacer hacia atrás, hasta quedar acostada en la cama y el joven sobre ella.

—¿Qué...?

En cualquier otro caso se habría puesto nervioso y no lograría nada, pero esta vez él fue hasta el final y juntó sus labios con los de la chica que tenía debajo.

Pero ella rápidamente se separó.

—¿Qué haces? No soy-

Nuevamente los junto, pidiendo en el fondo de su corazón que ella no lo golpeara después.

Esta vez ella esperó a que el más bajo separara sus labios.

—No soy tu novia.

—Por ahora lo serás.

La respuesta fue casi de novela, causando en la chica una leve sorpresa.

¿Se puede hacer eso?

Recordaba las tantas veces que su hermano le había repetido que debería conseguirse una pareja que funcionase para toda la vida; de no hacerlo, que no entregara todo por alguien que no lo merecía.

¿Puedo ser su novia solo por ahora?

Él la había vuelto a besar repetidas veces en el lapso de esos pensamientos y ella poco a poco iba cediendo paso a sus ganas interiores de dejarse llevar.

Si es solo por ahora... —pensó, recordando los condones—. ¿Fue por eso? ¿Pensó hacerlo desde el inicio?

Ella no era tonta. Dejarlo claro es lo primero que debemos hacer.

Caía en cuenta de muchas provocaciones que él le hacía, incluso algunas le correspondía. Pero no era por timidez que actuaba como si no lo supiera. El motivo era simple: no creía ser merecedora de lo que hacía.

Desde escribirle todas las mañanas hasta esperarla todos los días en la puerta de su casa. Los halagos repetidos no sentía que le hacían justicia. Por eso a veces lo ignoraba, pero esta vez...

¿Entonces... soy su novia por ahora?

Ahí se decidió.

Su pervertida interior tomó las riendas y tomó la cabeza del joven, atrayéndolo más a ella y profundizando el beso.

Somos novios, podemos ¿no?

Fue rápido cuando ella dio la vuelta a la situación y tras ponerse sobre él, empezó a desvestirse.

Recuerdo que una vez lo vi viendo porno. ¿Le gustará todo esto?

Ella guardaba algunos secretos suyos.

Luego de quitarse la camisa, intentó quitar rápidamente su sostén, pero no fue capaz. Relamió sus labios y se sentó un momento en su regazo, logrando por fin quitar su ropa superior por completo.

—Eres un pervertido ¿no?

El Kocho solo la observó sin saber qué decir. Es decir, su modo de actuar había cambiado tanto que lo excitaba.

—Veamos entonces... hasta donde podemos llegar.

Fue la primer sonrisa que el Kocho veía en ella que no fuese por comer Daikon o por abrazar a su hermano. Aunque estaba cargada de un algo que la hacía muy, muy distinta a las demás.

—Gi-

¿Él tomar las riendas? Para hacerlo primero debía de cansarla.

[ F I N ]


























—¿Entonces no puedo besarte?

El Kocho miró atónito a la joven despeinada que lo salía a despedir a la puerta.

—No.

Alzó sus manos para intentar decir algo.

—Pero. Pero... cogimos allí antes.

Tomioka sonrió.

—Eso... fue solo por ese momento.

—¿¡Qué!?

Un poco pícaro  - GiyuuShino (genderbend)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora