¿Mi Mejor Amiga? | Kitty x Lizzie EAH [En Revisión Ortográfica]

9. Dulce Verdad

-¿Tu que...?-

La voz de Lizzie tembló al pronunciar aquella pregunta confundida, no solo sus mejillas se habían tornado rojas si no también por completo su rostro sorprendido.

Kitty sintió una ráfaga de desconfianza recorriendo su espalda como un aire de invierno congelante. Con miedo volvió a hablar tartamudeando en el intento.

-Lo que escuchaste.T-Tu me gustas, ¿Okay? ¡Se que es raro pero por Merlin lo juro!-

Temblorosa se hizo para atrás yendo a su cama donde dejó su diario y dando vueltas comenzó a perder la poca cordura que le quedaba.

-¡Ya se que he sido una piedra en el zapato y quizás decirte esto hará que me saques de tu vida pero de verdad siento eso por ti!-

Lizzie se habría quedado callada observando a la minina moverse de un lado a otro aún con su expresión atónita.

-Se que una chica con otra chica es incluso loco para nosotros los maravillanos pero no puedo evitarlo. ¡Lizzie quiero estar contigo, junto a ti!-

Kitty se detuvo y con su mirada apenada busco a Lizzie.
El silencio que se hizo entre las dos parecía una daga que se incrustaba en su corazón la cual le incitaba a derramar esas lágrimas amargas por su rostro

–Dime algo Lizzie, por dios santo...–

La reina de corazones miro fijo a su contraria tratando de analizar lo que estaba pasando frente a ella sin mucho éxito. Su respiración había comenzado a acelerarse al igual que su corazón bombeante con tales revelaciones.
Al escuchar esas palabras retumbar con eco en su mente solo le ocasionaban un malestar en el fondo de su pecho

Ahora todo tenía sentido. El por qué aquellos celos, su forma de actuar tan cariñosa... Poco a poco ese rompecabezas por fin se había completado y ese acertijo tenía una respuesta. Una muy loca y sorpresiva respuesta.
No era solo un amor de amistad, algo incluso más fuerte

-Yo... No se que decir, no puedo creerlo... Tu... Dime qué es un broma- menciono con pesadez

Parecía que el corazón de la felina se empezaba a detener con cada segundo silencioso que pasaba, negando con su cabeza y tragando saliva varias veces evitando caer en el llanto volvió a aproximarse de nueva cuenta a Lizzie estando solo a unos pocos centímetros de distancia.

-El gato con hojas y cartas en la pata-

Enigmañol: De verdad estoy enamorada de ti, querida

La pelinegra no pudo evitar sonrojarse al estar tan cerca y pasada la sorpresa anterior. Lamió sus labios humedeciendolos viendo de dónde tomar el valor de contestar
La minina lavanda observo aquella acción y tentada por el deseo aproximó más su rostro al de su contraria imitando el humedecer sus labios preparándose para culminar en un beso. Estaba ya rozando sus labios y jurando al cielo diría que logro sentir ese sabor cereza en su boca pero su acción fue detenida al sentir una mano suave en su hombro que le empujaba con gentileza hacia atrás

–Perdón...– murmuró bajo Kitty bajando sus ojos con rubor en sus mejillas

Lizzie soltó un suspiro intranquilo al notar las expresiones tan cambiantes en el semblante ajeno igual de sonrojada que ella

–La copa de los árboles frutales con platos de plata veraniega–

Enimagñol: “No puedo creerlo... ¿Por qué?”

Ahora fue Kitty quien suspiro con tristeza separándose de ese incómodo momento con Lizzie, camino hasta su cama sentándose en el borde de esta mirando hacia el infinito