Averno

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Ella es un ángel que anhela el caos y  yo  un demonio que quiere darle cuanto desee.

Capítulo 5 Averno

Estoy sentada, con el corazón a mil, mis piernas tiemblan y no sé ¿por qué mi cuerpo reacciona de esta manera cuando estoy cerca de él?; no he podido ponerme en pie desde que abandonó la sala. Su voz junto con lo que acaba de hacer me dice mucho de su carácter, uno que no me percate en el encuentro pasado. Me levanto y camino por toda la sala hasta que tomo mi bastón, ya no me sorprende que no me tropiece con nada; me conozco esta sala como la palma de mi mano. Me dirijo a mi habitación y me desplomó en la cama tratando de conciliar el sueño, no puedo sacar de mi mente el momento que sus labios tocaron mi cuello, mi piel se eriza con solo rememorarlo.

—Hasley. —Una voz me despierta. Sobresaltada me dirijo a la puerta casi a tropezones y de una vez la abro—. El jefe quiere verte con urgencia.

Cierro la puerta y me dispongo a bañarme. Salgo de mi habitación dirigiéndome a la oficina de Max. Cuando llego toco dos ves.

—¡Pasa de una maldita vez! —gritó del otro lado de la habitación.

Entro temerosa, doy unos cuantos pasos acercándome a los sonidos de unos taconeos inquietos que deben ser de él.  De la nada siento un impacto tan fuerte en mi cara que caigo hacia atrás golpeándome la cabeza con el suelo, pero no solo esto, sino múltiples golpes en mi estómago y costillas. Me dolía, me dolía tanto que por mi nariz se derrama algo espeso dándome a pensar que es sangre. Este no se detiene, sigue golpeando mi usado cuerpo en la cabeza y en mi estómago nuevamente, luego siento como coloca la suela de su zapato en mi cara fuertemente. Mis lágrimas brotan de mis ojos como  si una lluvia mojara mi adolorida cara. ¡Maldita sea esta vida de mierda que me ha tocado! El dolor es tan insoportable, estoy tan mareada  y aturdida que sé que pronto caeré en la inconsciencia. No es la primera vez que me sucede lo mismo.

—Venganza... —Eso es lo único que mis labios logran susurrar antes de con un agudo dolor en todo mi cuerpo me desmayase.

Vuelvo en sí, mi cuerpo se siente pesado. Unos molestos grilletes aprietan mis muñecas elevándome. Mis pies no tocan el suelo y el dolor en mi cuerpo me impide respirar con normalidad.

—¡Valla hasta que por fin despiertas! —Esa voz, ¡esa maldita voz!, mi cuerpo tiembla recordando a quien pertenece—. The... The… Theo.

Su nombre sale como un pequeño susurro que apenas es audible. Escucho como el látigo resuena por toda la habitación.

—No... No… No… No por favor.

Me estremecí de pies a cabeza esto no podía estar pasando, no otra vez, hacía un año que no me mandaban al Averno. Un intenso y agudo dolor surcaba el lado izquierdo de mi espalda, sentí como la sangre correría por mi espalda como un rio desbocado. No dejaría escapar ni un gemido de dolor, jamás le daría ese gusto nuevamente. Nuevos impactos chocaban contra mi espalda desnuda y cada vez era más difícil contener los gritos de dolor que querían salir de mi garganta. Estos cesaron y mi espalda ardía, sentía como la sangre recorría mi espalda hasta llegar a mis pies cayendo finalmente a suelo.  

—Esta vez no te vas a poder acostar pequeña alimaña, te lo aseguro. —Su voz me repugnaba, pensar que estoy aquí  abajo con el me hace querer vomitar.

Solo faltaban minutos para desmayarme nuevamente, conozco mi cuerpo, he perdido mucha sangre y casi no puedo respirar. Me presionan fuertemente el mentón pero ni siquiera tengo fuerzas para oponerme. Siento como cargan mi dañado cuerpo y lo posicionan en algo suave, estoy tan adolorida que tal parece que estoy en el  suelo, no puedo tener exigencias.

—Te quedarás en las mazmorras del Averno hasta dentro de dos días, te curarán por las noches y espero que te gusten las ratas, estás serán tu nuevas amigas.

Oigo unos pasos separándose de mí y a medida que se alejan yo voy cayendo en la inconsciencia.

—Cuanto quisiera que un demonio te matará Theo, ¡maldito!

Despierto por agudos gritos de auxilio de prostitutas y el eco de los pasos de personas corriendo. Con las únicas fuerzas que me quedan pregunto:

—¿Qué pasa que alguien me diga?

Intento levantarme asustada, pero me es imposible, no tengo ni una gota de fuerza. Los gritos no cesan junto con súplicas, cada vez estoy más asustada.  Deje de escucharlos cuando la alarma sonó por todo el prostíbulo indicando que algo grabe está sucediendo y yo sin poder hacer nada. ¡Por Dios! Percibo muchos pasos entrando al Averno.

—¿Pero qué cojones ha pasado aquí? —Escucho la enojada voz de Max.

—Es... Es... Es una masacre jefe.

Esta voz no la reconozco pero debe ser  unos de los guardias y suena muy nervioso. ¿Qué habrá pasado?

—Jefe Hasley es la única que sobrevivió, de seguro pensó que estaría muerta por el estado que se encuentra.

—Sólo un desquiciado o un demonio haría tal masacre. ¿Dónde está Theo que no ha bajado? —Se oye como un reproche por parte de Max.

Uno de los guardias le responde, ya que Max impone miedo sobre todos ellos.

—Señor mírelo en esa esquina o lo que queda de él.

En mi mente surgen disímiles de ideas pero la preguntas es : ¿quién y cómo hicieron para matar a tantas personas? Encontrar la repuesta me da mucho más miedo que lo que pueda pasar conmigo después de esto. No puedo decir que me siento alegre con la muerte de Theo, pero estoy aliviada de que no volverá a lastimarme.

 No puedo decir que me siento alegre con la muerte de Theo, pero estoy aliviada de que no volverá a lastimarme

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Hola mis queridos lectores solo quería pedir disculpas por el retraso del capítulo. Quiero que me digan que les gusta aunque no, sigan mandando mensajes de que les pareció eso me anima a seguir escribiendo. Los amo mucho. Los quiere Venus 😘❤️❤️

Las réplicas del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora