XX | Paz.

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Hace semanas fui a la estación a declarar, me entrevistó una chica policía y al lado de ella estaba una psicóloga.

Después de declarar, la psicóloga quiso hablar conmigo sobre lo que pasó y cómo esto me había afectado emocionalmente. Hablé con ella, pero desde ese día no lo he vuelto a hacer.Me dio su tarjeta y me dijo que estaba disponible si algún día quería hablar.

Pero, yo no quería hablar.


No sabía cómo las palabras iban a expresar con exactitud todo lo que estaba pasando en mi ser. En ese lugar donde los médicos ya no tocan.

De todas formas, estoy bien o no?

Hoy era un nuevo día, un día lleno de retos.

Me siento muy nerviosa.

Conoceré a los padres de Santiago.¿Conoceré a sus padres? Sí.


Diciembre ya está aquí. Es el mes en el cual nació, un 25 de diciembre.

Día de Navidad, día de festejo, de alegría.Ahora entiendo el porqué él es siempre un rayito de luz.


Y me da miedo, me da miedo que a ellos yo no les agrade. Pero, quiero empezar bien. Por eso vine dónde ellos. Como este es un día el cual Santiago siempre pasa con sus padres y su hermana sí está en el país. No quiero que eso cambie. Pero, sí me gustaría hacerle una pequeña sorpresa o hacerle un regalo que demuestre lo mucho que me importa.

Toqué el timbre de la enorme casa varias veces y por automático se quitó el cerrojo de la puerta. La casa de los padres de Santiago por fuera se veía muy hogareña y linda. Tenía un jardín hermoso, se nota que le gustan cuidar plantas. El diseño, su jardín tenían una hermosa sincronización.

Una señora, alta y bien vestida me recibió.—Hola. Ashely ¿cierto? —la frialdad de su voz me hizo asentir con miedo— Eh, mucho gusto. Soy Claire la madre de Santiago. —ofreció su mano para saludar e hice lo mismo— Sí. —algo en ella despertó— Por favor, pasa.


Se hizo a un lado y entré a la casa.

Ya se estaban preparando para las fiestas y el ambiente se sentía cálido, aunque la actitud de la señora de a demostrar lo contrario.No sé, se siente muy raro.

—Su casa es muy linda. —dije porque es cierto. Ella sonrió.


—Gracias, Ashely. —se acomodó en un mueble y me invitó a hacerlo— Cuéntame. ¿Qué puedo hacer por ti?

—Santiago cumple años en este mes y me gustaría hacerle un presente para darle a demostrar lo mucho que me importa. —respondí— No tengo planeado romper la tradición que sé que tienen de pasar ese día con él. Solo me gustaría poder hacerle un presente ese día, sin romper las tradiciones de ustedes y que él se sienta feliz en su día.

—Dejame ver si entendí. ¿Te reúnes conmigo porque quieres hacerle un regalo a mi hijo y no sabes cuál hacerle sin interrumpir las tradiciones?

—Exacto. —respondí con algo de temor— Sé lo importante que son las tradiciones o en este caso su familia para él. Solo quiero poder hacerle un presente sin romper eso en el proceso. Me doy a entender? —asintió con tranquilidad.

—Es la primera vez que una novia de Santiago viene y me pregunta esto. —se aclaró la voz— Todas las que antes tuvo siempre rompían esto, la conexión entre nosotros. Pero, tu la quieres mantener. ¿Por qué? ¿Por qué quieres hacerlo?


—Lo importante para él es importante para mí. —respondí en automático— Simplemente es eso.

—Bien. —se levantó y se sirvió una copa de vino— Me agradas, Ashely. —se sentó de nuevo frente a mí y sonreí internamente— Haz que su hermana venga para navidad. —dijo con seguridad— Ella y su padre tuvieron una gran discusión, se ofendieron muchísimo. El hecho de esa pelea puede afectar o afectó en la decisión de ella de pasar navidad con su familia. Ella y Santiago son muy unidos. Cómo sé que quieres que él se sienta bien, puedes hablar con su hermana. Convéncela de que tiene que venir para navidad.

Simplemente pasan. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora