La Llegada

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"No juzgues a un libro por su portada"

Era un día común y corriente, una mañana agradable para cualquiera que tuviera gusto por los amaneceres tranquilos.

Una joven llamada Lucy Heartfilia yacía durmiendo tranquilamente en su cama, cuando un ruido excesivamente fuerte logró despertarla de aquel plácido sueño:

— Nghhhh —un ruido de molestia fue emitido por su garganta— ¿para qué puse la alarma?

De repente, una chica de cabellos escarlata entra a la habitación de la rubia, estrellado la puerta contra la pared.

— ¡Despierta! no puedes llegar tarde a tu primer día de instituto. —La voz de la peliroja era fuerte, pero agradable.

— ¡Ah! —chilló— no recordaba eso... —Contestó levantándose rápido de su cama— ¡Erza...! —el llamado de la rubia fue severamente largo— ¡¿dónde está mi uniforme?!

— No lo sé —respondió— ayer lo colgaste en el armario —la voz de Erza sonaba cada vez más lejos— ¡menos alboroto y más acción!

— S-si... —Contestó la bella rubia, agachando la cabeza y riendo.

Lucy cambio rápidamente su vestuario, ahora portando una coleta al costado de su cabeza, sus lentes con forma cuadrada y el uniforme del instituto, conformado por una blusa blanca con una corbata roja, un saco algo ajustado al cuerpo, portando el logo de la institución en la parte derecha del busto, además de vestir una falda considerablemente larga, llegando hasta las rodillas, complementado la cubertura de las piernas con las medias, las cuales no permiten una sola vista a la piel.

— Estoy lista Erza ¿Nos vamos? —Preguntó bajando las escaleras un tanto apurada.

Erza vio por el rabillo del ojo a Lucy, la cual se notaba ligeramente alegre, pero había algo que seguía permaneciendo en su vestimenta.

— ¿Sigues usando vendas? ¿Por qué no te gusta mostrar tu cuerpo? — comentó dando un suspiro— Sabes que tienes un cuerpo bien formado, deberías pres... — antes de que pudiera continuar, fue interrumpida.

— Sabes que no me gusta mostrar mi cuerpo, no desde aquella vez... —La mirada de la rubia fue apagándose a medida que decía las palabras— así que no me preguntes mas de eso y vámonos —comentó seria.

— Claro, vamos.

Ambas chicas salieron de la casa para dirigirse al instituto Fairy Tail, una preparatoria para millonarios que es reconocida por su excelente calidad de estudios y aulas, pero no tanto por los alumnos, ya que algunos eran reconocidos por los escándalos que ocasionaban.

— Hemos llegado ¿cuál es tu aula?

— Emm... —La rubia buscó la nota donde tenía anotado su aula, además del horario que llevaría en el semestre- es el aula 1-B.

— Ven, es por aquí —Dijo un poco apurada, pues las chicas iban tarde para las clases.

— Claro —caminaron un tanto apuradas, pues de ir a paso normal, Erza ya no llegaría a tiempo a su clase

Al colocarse en la entrada de la puerta, podían escucharse diversos gritos de los alumnos que simulaban platicar.

— ¿Que me dijiste, hielito? — el chico de voz ronca entonó la última palabra.

— Ya me escuchaste, cabeza de carbón. —respondió su acompañante.

— ¿Buscas pelea? La tendrás —enojado, cerró su mano, esperando darle un golpe a aquel amigo que consideraba su rival.

— Mocosos, guarden silencio y siéntense si no quieren ir a dirección. —Finalmente, el maestro alzó la voz, logrando callar a gran parte del salón.

— ¡Si!, somos amigos —ambos respondieron abrazados.

Del otro lado de la puerta, estaban las chicas preparando para entrar, la escarlata se encargó de tocar la puerta.

— Adelante.

— Maestro, lamento la interrupción, pero una nueva alumna va a incorporarse a su clase —la escarlata giro su vista a la rubia— puedes pasar.

— C-Claro -contestó un tanto nerviosa-

— Gracias presidenta, ya se puede retirar. —asintió con su cabeza, en tono de aprobación.

— Bien, con su permiso —realizó una reverencia, posterior a ello cerró la puerta y se retiró del lugar.

— Preséntate —sonrió— yo seré tu maestro, mi nombre es Macarov Dreyar, además, seré tu tutor asignado.

— G-gracias... —titubeó— me llamo Lucy Heartfilia, tengo 17 años y espero llevarme bien con ustedes.

La clase quedó sorprendida, gritando casi todos al unísono — ¡¿Heartfilia?!

— S-si —Avergonzada ante su reacción, agachó su cabeza.

— ¡Ah! ya veo, eres una de las maravillosas Heartfilia, es un gusto tenerte entre nosotros.

— Eh... si —se sonrojó ante las palabras de su profesor, no podía ocultar la vergüenza, nacer en la familia Heartfilia es un orgullo para ella, aunque suela traer mucha atención en algunas ocasiones —¿Dónde me puedo sentar?

— Veamos —pensó, al mismo tiempo que miraba a los alumnos— Siéntate al final, al lado del chico de cabello rosa.

— Esta bien —Nerviosa, caminó entre los asientos, escuchando pequeños murmullos de las chicas al lado de ella, sólo podía escuchar - ¡Que envidia! ¡¿Cómo alguien como ella se sentaría al lado del chico mas guapo?! —entre otros comentarios, algunos desagradables.

Natsu la observó con detenimiento, era linda, pero no era del todo agradable para él, no tenía lo que tando adoraba, sólo pudo chasquear la lengua y mirarle fijamente.

— ¿Quién se cree este idiota? —Pensó al ver la actitud del chico — Hola — titubeó— mucho gusto —sonrió, aunque se podía notar que era una sonrisa forzada.

Natsu volvió a chasquear ante las palabras de la chica— Debes estar feliz por sentarte al lado mío, cualquier chica en su sano juicio lo estaría, cuatro ojos. — el semblante del chico era creído, además de su tono.

— Disculpa, ¿quién eres? —pronunció con inocencia, para después tomar asiento donde se le fue indicado.

¿Cree que siquiera me atrae? Era lo que pensaba la rubia ante la actitud y las palabras del arrogante.

Todas las chicas tenían una mirada asesina hacia Lucy, ella no lo notó, pues estaba sumergida en sus pensamientos.

Natsu, al oír lo dicho por la rubia, quedó sorprendido ante su atrevimiento, sin duda, le había tomado por sorpresa, sólo pudo mirarla por el rabillo del ojo con rabia, antes de guiñarle el ojo a otra chica— Maldita nerd —fue lo que se alcanzó a escuchar de Natsu.

No juzgues a un libro por su Portada (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora