Nunca te enamores de Cameron Dallas.

20. ¡Una noche de terror!

La cara de Cameron era de total nerviosismo, su cara era tan cómica que las carcajadas se me empezaban a salir.

—¿Qué paso Cameron? ¿Alguien te corto la lengua?.

—¿Mmm?

—¡Sabes de que hablo!—Respondo burlona.

—Mi dedo resbalo y aplastó el botón—Se rasca la nuca y traga saliva nervioso.

Ni un niño de 5 años se trataba esa excusa barata Cameron.

—Bien jugaremos a que tu mientes y yo te creo ¿vale?.—¿Nos vamos al hotel?—Digo cambiando de tema.

—¿Al hotel?. Ah si, al hotel—Responde incómodo.

Fuimos por la bicicleta y esta vez Cameron iba adelante y yo en la parte de atrás. Al cabo de 20 o 25 minutos ya estábamos a la entrada del hotel. Subimos por el ascensor sin decir ninguna palabra.

Cameron estaba a punto de irse a su respectiva habitación pero lo detuve.

—Cameron.

Se gira a verme—¿Si?.

—Gracias por el paseo.—Sonrio.—Y por la foto.—Respondo mientras saco de mi bolsillo trasero, la foto que me había sacado.

—¡Que fue sin querer!

—¡Mentiroso!—Digo carcajeandome.—Nos vemos.

Me alejo de Cameron y me dirijo a ni habitación, donde sin duda me espera una catástrofe de preguntas por parte de Marie.

Toco la puerta cinco veces y no recibo respuesta alguna

—Alice mira quien llego —Grita Marie desde el otro lado.

—¡Estoy desnuda, anda tu!

—¡Estoy maquillándome!

—Y yo desnuda, así que anda tú porque yo no iré.

Ruedo los ojos por esa mini-pelea entre las dos rubias. Luego de varios minutos aparece Marie con la mitad de la cara maquillada.

—Una sola palabra y eres un pescadito muerto.—Responde fulminandome.

Le doy una mirada inocente y entro a mi habitación.

—¿Tan larga estuvo la conversación con Cameron?—Pregunta Marie moviendo las cejas con rapidez.

—¡Maldita cochina! —Rode los ojos.—¿Ya iremos a comer?

—Si, solo falta Alice—Responde Marie terminando de maquillarse.—¡ALICE APURATE MALDITA PERRA!

—¡YA VOY ESTÚPIDA LA BELLEZA TOMA SU TIEMPO!—Grita Alice desde el baño.

Como siempre tan cariñosas mis amigas.

****

Luego de haber esperado a Alice por veinte minutos, salimos de nuestra habitación y nos dirigimos a la de los chicos.

Toqué la puerta tres veces y nadie nos abría, lo único que podíamos escuchar eran gritos.

—¡DYLAN MIRA QUIEN ES!—Grita Luke.

—¡DILE A CAMERON!—Responde Dylan.

—YO NO IRE QUE VAYA LUKE—Dice Cameron.

—¡ALGUIEN DE LOS DOS VAYA MALDITA SEA!—Grita esta vez Luke.

Pasaron 5 minutos y las tres estábamos a punto de romper la puerta pero un Luke con una toalla enrollada en su cadera nos deja con la boca abierta.