28 años antes...
Habían pasado unas cuantas semanas desde que yo me había ido de casa, tenía un trabajo de medio tiempo en una heladería y cosiendo, a pesar de que seguia teniendo dinero no me gustaba quedarme sin hacer nada.
Reidar se encargaba de los quehaceres de la casa, limpiaba, cocinaba, lavaba, todo lo que una mujer tendría que hacer, aunque a él no le pesaba.
No dejamos los estudios era obvio, nos faltaban dos años para pasar a la universidad y queríamos tener una buena carrera y así viajar para estudiarla a otra parte.
Jean por su parte siempre venía a verme y hoy que había salido de la preparatoria me fue a buscar a mi y a Reidar.
Cuando lo ví llegar en el carro sonreí un poco, su hermano Alec iba manejando y yo me acerque a ellos.
— Hola Emi...— Bajo y me dió un beso en la mejilla, su hermano mayor solo sonreía ante el coqueteo de ambos, Reidar de la nada llegó interrumpiendo un poco.
— Ah! Hola Jean! Que hay de nuevo?— Estrecho su mano sonriendole ambos se llevaban bien en su juventud, y a pesar de que en veces no estuvieran de acuerdo en algo, siempre encontraban la manera de poder convivir.
— Todo bien, quise venir a ver a Emily, ya que tenía unos días que no la veía.— Mientras decía esto dirigía su mirada a mi sonriendo, habían pasado meses desde aquel incidente y todos acordamos en hacer como si nada hubiera ocurrido, todo estaba tranquilo y decidimos subirnos al carro.
Íbamos hablando de cualquier estupidez, riendo como lo adolescentes que éramos, todo iba bien hasta que sin querer un chico se atravesó en la calle y Alec freno de golpe asustandonos a todos.
El chico venía en una bicicleta, me baje para ver cómo estaba, los chicos protestaron un poco y no hice caso, me dirigí a aquel hombre y quise ayudarlo.
— Oye, estás bien? Te lastimaste mucho?— Pregunté agachandome a su altura, al verlo sentí una pequeña presión en el pecho.
Los mismo ojos.
Azules.
Azules como los de Michael y Jonh.
Enterarme de que el era mi hermano unos días después de la muerte de John fue algo que me destrozo por dentro, no sabía que en solo por maldad y envidia podría hacerme tanto daño, a tal punto de convertirme en esto que soy, y quitarle la vida a una de las personas que más quería y que no solo eso, tambien era su hermano.
Sus ojos me decían todo, mi mete hizo click al recordar el mensaje de hace unas semanas.
Patrick Luna.
Se veía un poco mayor que yo, pelo negro y algunos reflejos rojos, un cabello teñido, un piercing ubicado en su nariz, tatuajes en su brazo izquierdo y ropa oscura, atractivo a mi parecer.
El se quedó mirándome, la verdad es que si éramos bastantes parecidos, no solo eso, todos los hermanos éramos parecidos.
Nuestras miradas a pesar de no tener en mismo color son iguales.
No tenía palabras para describir lo que pensaba en ese momento.
— Patrick...— Dije en voz baja, el se levantó y yo hice lo mismo sin quitarle la mirada de encima, se veía inofensivo aunque era todo lo contrario.
— Emily... Es un gusto.— Levantó su mano para estrecharla, me di cuenta que si era el por el porte que tenía, no titubeó en llamarme por mi nombre, y aunque a penas hace unos días me enteré de su existencia, sabía que en algún punto lo iba a ver, algo en el fondo me decía que si era el, mi hermano.— Disculpa si te he molestado mucho por mensaje... La verdad es que he querido buscarte desde hace mucho. — Decía un poco apenado mientras recogió la bicicleta, no me había dado cuenta de cuando los chicos estaban detrás de mi hasta que Patrick hablo.— Ah... Quienes son ellos?
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.+•°El Diablo No Negocia °•+.
Художественная проза- Es tan inevitable no sentir estás cosas hoy en día, el vacío que queda cuando tienes las mejores mansiones pero ya no están esas personas que le hacian luz a tu malvado corazón. - Cuentan los más sabios, que no importa que tan malo se puede llegar...