Hoy cuando me he levantado he decidido ir a correr antes de que empezasen las clases. A sí que me levanto con cuidado para no despertar a Matías, miro el móvil y son las cinco de la mañana. Cojo la ropa y cuando estoy a punto de salir me doy cuenta de que Matías se ha despertado.
—¿Dónde vas?
—A correr. —porque este chico tiene el sueño tan ligero— Lo siento por despertarte.
—No pasa nada.
Cuando me dispongo para salir otra vez, se levanta de la cama para coger la ropa de correr, yo me quedo a allí quieta. Cuando ya se ha cambiado me dedica una sonrisa, salimos de la habitación con cuidado de no despertar a Sophia ni a Marcos. Y salimos de casa, mientras corremos no hablamos hasta que pasamos por delante de una cafetería, lo paro con el brazo y él se frena, un poco más adelante se gira hacia mí y le señalo la cafetería.
Entramos dentro y pedimos una mesa para dos.
—¿Cómo va Mérida?
—El otro día que hable con ella estaba bien, pero no me pregunto cómo estaba yo, sino tú, creo que te prefiere a ti antes que a mí.
Eso hizo que me riera. Merida hacía ya dos meses que no la veía. En ese momento me acuerdo que ya llevaba dos meses sin ver a nadie de mi familia.
—Creo que este fin de semana voy a ir a visitarlo.
—¿Quieres que te acompañe?
—No hace falta, pero si quieres puedes venir.
Él no dijo nada más, solo siguió bebiendo su café.
Creo que este año va a ir bastante bien porque en todo lo que llevamos de tiempo no he pensado en nada más que en ser feliz. Y es divertido, hacía tiempo que no sonreía como sonrió ahora. Creo que estoy empezando a olvidar todo lo que paso, lo malo de mi pasado, lo que muchas noches no podía dormir por miedo, a ver que no era un sueño, a enfrentarme a la realidad y caerme, a que se me caiga la máscara delante de todos y que vean que no soy tan fuerte como quería aparentar.
Echaba de menos a la niña de seis años que lloraba y reía a cada rato, que siempre decía lo que pensaba sin herir a la gente. Casi, llore de alegría en ese momento al recordar lo que había avanzado con mi vida, lo que había conseguido, lo que había llorado, lo que había reído, lo que había ocultado, lo que había protegido y lo que había admitido. Y todo por enamorarme de un chico callado, con las defensas altas, que no creía en el amor y que había sido maltratado físicamente por ayudar a su familia y amigos.
Me rio de que si mi yo de seis años hubiese visto esto no se hubiese creído y si digo la verdad ni yo ahora mismo me lo creo, es muy irreal, muy perfecto.
—Te quiero Matías.
—Y yo a ti Ella.
Y no me arrepiento de nada, de enamorarme. Pero como de loca he acabado como me voy a arrepentirme de estar enamorada de Matías, es el mejor, me quiere por como soy, no por como aparento...
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Reina del amor
Novela JuvenilUna chica de 16 años que le gusta ayudar a la gente, con lo que mejor se le da es ayudar con el amor, es como cupido en humano. Se le ha coronado como la reina del amor. Pero nunca se ha enamorado, hasta este año que a conocido al chico nuevo que ti...