I. Vivir

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Justo al despertarse, se dio cuenta de que estaba en una habitación que no era la suya. Se obligó a estar unos segundos sin abrir los ojos; le pesaban. Estaba un poco cansada, no sabía si era su cuerpo o su mente quien lo estaba, pero sentía algo que le aplastaba dentro.

Al tener contacto con la realidad, sus iris grises enfocaron la espalda desnuda de un hombre en mitad de la penumbra de la noche. Ella, algo sobrepasada por la perfección de esa imagen, se dio la vuelta en el colchón para mirar la ventana entreabierta. El cielo solo estaba iluminado por estrellas distantes y tenues, pues esa noche no había luna.

Despacio, como si no quisiera hacerlo pero siendo consciente de que su corazón realmente lo anhelaba, lo miró de nuevo. Se incorporó para sentarse. Estaba dormido. Parecía relajado, ajeno a todo lo que en su mente estaba sucediendo sin que ella pudiera evitarlo.

Si tuviera que describir con un adjetivo la noche pasada, sin duda alguna, sería 'rara'. Y no porque no le hubiese gustado o producido una felicidad inconmensurable lo que había pasado entre Gauche y ella, sino porque se sentía muy fuera de lugar. A pesar de haberle escuchado susurrándole al oído las palabras más hermosas que jamás alguien le había dedicado, aún no podía creerse que fueran dirigidas hacia ella.

Siempre se había sentido muy poca cosa a su lado. Uno de los motivos por los que tardó tanto en confesarle que le gustaba era precisamente porque no se sentía a su altura. Gauche era un chico muy atractivo. Todo el mundo lo veía y ella se daba cuenta de que las chicas por la calle lo miraban y lo señalaban mientras sonreían. Grey, en cambio, siempre tuvo muchos problemas con su apariencia. Por eso, no comprendía que alguien tan perfecto a sus ojos se hubiese fijado precisamente en ella, si podría tener literalmente a la persona que quisiera a su lado.

Era cierto que tenía un carácter difícil y que no se reblandecía con cualquiera, pero cuando a Gauche le importaba alguien, intentaba ser más suave. Le gustaba que fuera así, pero normalmente se preguntaba si podría serlo con otra más; otra que fuera mejor en muchos aspectos en los que ella flaqueaba.

Le acarició la espalda muy tenuemente con la yema de sus dedos, temiendo despertarlo porque sabía que la detendría en cuanto supiera de sus intenciones. Pero nada pasó. Suspiró resignada, porque en el fondo más profundo de su ser, quería que Gauche abriera los ojos, la mirara y la abrazara, para sentir que verdaderamente valía la pena. Sin embargo, no sucedió, así que se destapó, se levantó de la cama y se vistió tras recoger su ropa, que estaba en el suelo, junto a la cama.

La noche aún duraría algunas horas más, pero decidió salir a pasear, porque quedarse dentro de la base le supondría ir corriendo de nuevo a refugiarse bajo las sábanas del hombre que la había hecho sentir que podía despertar deseo en alguien... y eso la asustaba tremendamente, aunque ni siquiera entendía bien por qué.

 y eso la asustaba tremendamente, aunque ni siquiera entendía bien por qué

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Estiró la mano hacia el otro lado, pero sintió la cama fría y vacía. Se sorprendió mucho, así que se sentó sobre el colchón y observó que solamente su ropa estaba tirada en el suelo. Se levantó y se quedó mirando sin pudor alguno su cuerpo desnudo en un espejo que tenía al lado de la puerta del baño que había en su habitación.

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⏰ Última actualización: Oct 17, 2022 ⏰

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