# Prólogo

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Dejé el libro que estaba leyendo en el asiento de al lado y me puse cómodamente en mi asiento, ya que la parada en la que tenía que bajar era la última de todas y, por suerte, todos los que me acompañaban en el viaje ya bajaron en sus respectivas estaciones.

Mirando el negro cielo y la hermosa lluvia que me regalaba la noche, escuché unos pasos al final del vagón.

Ahí es cuando me giré, y vi la figura esbelta de un chico, o más bien un hombre, parado en medio del vagón, con ambas manos metidas en la chaqueta que llevaba. Me acomodé en el asiento y me preparé para hablarle:

¿Usted también baja en la última parada?

Formulé con una sonrisa antes de que un cegador relámpago iluminara todo, para después no volver a ver aquella figura desconocida.

The boy of the train [ woosan ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora