El libido que desprendíamos ayer mismo en esta cama era increíble. Nuestra arrogancia y orgullo enfrentados en una deliberada y erógena batalla. Ambos deseábamos chocar nuestros labios, y así lo hicimos, pero ninguno quería perder.
La noche la pasamos juntos en el ya más que familiar para mi cuarto de Bakugo, ya llevamos un año así, debería admitir que sin mí no se siente completo.
Ya eran las siete y debía trabajar, pese a ser fin de semana. Que envidia la buena vida del Pro-Héroe, Bakugo se dedicaba más asistir a eventos que rescatar gente. Como odio cuando alguna intenta ligar con él, no se dan cuenta que las presta atención para llegar a mí. Da igual cuantas haya, al final siempre seremos él y yo.
Con orgullo y un ligero y llamativo contoneo me levanté de la cama, un día más él fue mío.
Me desea.
Caminé hacia el espejo del baño, habitación la cual ha sido múltiples veces testigo de nuestra interminable pasión. Observé mi escuálida pero arrebatadora figura.
Llevé mis dedos a las marcas de mi cuello, Bakugo siempre fue un mezquino posesivo que necesitaba marcarme a toda costa. Y yo soy igual.
Mis algo gruesos labios formaron una orgullosa sonrisa y mis exóticos orbes color amatista, a causa del síndrome de Alejandría, expresaron mi malicia.
En un grácil movimiento de manos me arreglé el cabello en una coleta, de esta forma mis marcas serían más notorias, aunque nunca harían competencia a la cicatriz que abarcaba mi ojo derecho.
Nunca me he avergonzado de mis cicatrices o marcas de cualquier otra índole, forman parte de mí y lo acepto, empero, esta vez voy a cubrirlas para poder deleitarme con el furioso rostro de Bakugo. Él piensa que así podrá mantener a otros alejados de mí, pero se equivoca, no soy su ganado. Nuestro pequeño juego está presente hasta en los más pequeños detalles, es odioso pero a la vez adictivo, estoy deseando ver el desenlace.
Me encanta este tira y afloja que mantenemos desde hace más de dos años, es enfermizo y vicioso. El primer año fueron tonteos descarados, celos enfermizos y algún que otro momento en el que logramos conocernos mejor. Porque sí, todo era una toxicidad constante pero para llegar a ser uno la droga del otro primero debíamos conocer de que estaba hecha esa droga. Él es mi cocaína y yo soy su maría.
Este año solo fue sexo desenfrenado, deseo, pasión y la ganas de sucumbir a la droga que era el uno para el otro.
Lo más seguro es que más tarde se pase por mi casa o trabajo en busca de explicaciones por haberme ido sin avisar y su ira aumentaría al ver mis chupetones cubiertos mientras que él había presumido los suyo como un adolescente hormonal. Su ruidosa presencia es difícil de ignorar.
Él llegará a la agencia y preguntará por mí, y como de costumbre no le brindarán dato ninguno causando una emergente frustración y necesidad de verme. Lo gracioso es que no sabe que nunca estoy en la oficina, si quiera la agencia a la que va es la mía. Es alentador la idea de que todos vean como lo tengo comiendo de la palma de mi mano, sin embargo, sería un peligro exponerlo a Red Room. Es un buen héroe, pero eso es lo que le hace débil, sus valores.
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𝐑𝐄𝐃 𝐕𝐄𝐋𝐕𝐄𝐓 ----»; ʙᴀᴋᴜɢᴏ x ꜰᴇᴍᴏᴄ
أدب الهواة🍶 𝙍𝙀𝘿 𝙑𝙀𝙇𝙑𝙀𝙏 : ✧ 𝘌𝘭𝘭𝘢 𝘦𝘴 𝘤𝘦𝘭𝘰𝘴𝘢 𝘺 𝘱𝘰𝘴𝘦𝘴𝘪𝘷𝘢, é𝘭 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪é𝘯. ✧ 𝘈 é𝘭 𝘭𝘦 𝘷𝘶𝘦𝘭𝘷𝘦 𝘭𝘰 𝘭𝘰𝘤𝘰 𝘭𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢 𝘴𝘶 𝘢𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪ó𝘯 𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘥𝘪𝘴𝘧𝘳𝘶𝘵...