Le sonríe dulcemente y apoya su cabeza en el hombro ajeno.
-En serio, eres como mi hermano, te quiero.- dijo ella cerrando los ojos
El se limita a sonreír y poner música. Es invierno. El viento cada vez es más fuerte. Ella se acerca a él.
-Tengo frío...- dijo, en un tono infantil.
-No te pienso dar mi chaqueta- suspiró- no soy tan pagafanteable, y no hace tanto frío- dijo refunfuñando.
Ella se limita a hacer un puchero y reír, lo mismo hace él.
Vuelven a donde estaban, rodean una fuente y se ponen a hablar con sus demás amigos.
El frío empieza a ser soportable, se empieza a convertir en un calor pegajoso, hasta que al final, con el tiempo llega verano y un sofocante calor con él.
Sara, ella. Pedro, él.
Complexión delgada, hombros estrechos, altura baja, pelo por los hombros segado en un perfecto y recto flequillo, todo el pelo rojo y su tez pálida. Ojos verdes, pequeños.
Lo contrario, él; hombros anchos, alto, musculoso, cabello casi azabache revuelto y muy irregular, ojos marrones y tez morena.
Amigos desde hace siete años. Ambos tiene quince.
Son como hermanos y nunca hubo ninguna incómoda situación por ninguna de las partes, ni la habrá.

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Romper promesas
Mystery / ThrillerEsto es lo que debería pasaros cuando hacéis daño a otras personas porque os apetece.