dejate querer ⁺¹⁸

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Ambos recostados sobre el sillón, charlando como lo habían hecho por un buen rato, ya las 2:10 am, y ellos seguían y seguían.

— Tienes sueño?— pregunto el pelinegro mientras se levantaba de aquel sillón.

— No mucho pero si quieres ya a dormir.

— No no, solo decia para saber.— lo miro y luego desvío la mirada.— Si quieres vamos a mi cuarto, digo para poder dejar todo esto apagado.

— Me parece bien.— le lanzo una sonrisa dulce, por dentro sentía que moriría de un paro cardíaco.

Ambos subieron las escaleras, no sabiendo el porqué pero sus corazones estaban a mil por hora.

Bueno, si que lo sabían.

Llegaron a la habitación de Quackity, Rubius se sentó sobre la cama.

— Te molesta si me cambio aquí? — dijo el pelinegro mientras sacaba un par de camisetas de dormir y unos pantalones de invierno, a lo que Rubius negó con la cabeza, "joder, jamás me molestaría verte" pensó el mayor mientras se relamía los labios. Quackity nerviosamente le acercó la ropa.— Por si quieres cambiarte.

Rubius se puso de pie y se quito la camisa, el pelinegro se le quedó mirando, admirando su belleza, aunque ya lo había visto así, jamás se cansaría de mirarlo.

— No vas a cambiarte?— se sacó el pantalón mientras lo miraba fijamente.

— A-ah! si si voy.— desvío la mirada quitándose la camiseta, sin evitar mirar a Rubius cada que podía.

El castaño al igual que Quackity, se dedicó a admirarlo un momento, sólo que no tan obvio. El menor traía puesta una camiseta de skrillex, curiosamente era de los artistas favoritos de toda la vida del más alto.

— Amo a ese cantante.— dijo mientras se acercó a él y tomó suavemente su camiseta.

— E-enserio? no lo sabia.— estaba tartamudeando mucho, estaba muy nervioso.

— Que te pasa Quackity? porque tan nervioso eh?— soltó bromeando, sonriéndole mientras se acercaba a él.

— Es que me acorde d-de algo.— intentaba alejarse.

— De que cosa?— se acercaba.

— Lo del boliche.— Rubius se separo un poco.— Nunca te dije que ibas a hacer.

— Bua, es verdad.— desvío la mirada para verlo de nuevo.— Y que quieres que haga?

"es ahora o nunca" pensó el mexicano.

— Quiero que.— tomó una pausa.— Que me digas que piensas de mi.

Rubius se quedo callado.— A que te refieres?

— Pues que piensas sobre mi.

— Así lo gastarás?

— No tengo ideas no seas mamon.

— Mira te lo digo y utilizas esa oportunidad para otra cosa vale?

dos almas. / luckity to rubckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora